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Buena Vida
Anís, entre lo dulce y salado
Esta semilla se integra a todo tipo de recetas. Cremas, carnes, salsas y ensaladas destacan. También se ha sumado a la chocolatería.
El anís es un clásico de la repostería. No puede faltar en tartaletas, galletas, bizcochos, mousses y otros preparados. También es una especia perfecta para aromatizar licores y otras bebidas. Sin embargo, la cocina moderna ha diversificado su uso y hoy se integra este ingrediente a las recetas de sal.
El chef Pablo Terán explica que existen dos tipos: el verde y el estrellado. El primero se originó en Europa, mientras que el segundo llegó de Asia. Ambos pueden ser incluidos en recetas cotidianas como cremas, estofados, algunos tipos de arroz y salsas; así también en platillos más elaborados como carnes al horno, incluso para macerar vegetales y frutas como la piña o el pepino. “Estos se pueden usar como un complemento para las hamburguesas o en costillas asadas. Hasta para las alitas”, sugiere.
A la hora de llevar a la mesa el anís, Terán indica que su platillo estrella es la corvina salteada en un concentrado de anís con durazno. “Se pica la fruta en cubos y se lleva a fuego lento con cebolla perla, pimienta y sal”, detalla.
En otra sartén se pone a tostar el anís por un par de minutos y se muele hasta obtener un polvo muy fino que se integra al preparado. Luego se le suma la proteína y se la sella (dora) de lado y lado. “Se debe evitar que el pescado se pase de cocción. De lo contrario quedará seco”, dice.
Esta receta se complementa con una ensalada fresca o papa cocida.
El experto gastronómico destaca que es el sabor único del anís (dulzón y picante a la vez) el que hace de un platillo una experiencia diferente. Él, por ejemplo, lo suma a recetas clásicas y cotidianas como la crema de zapallo o el locro de papa.
“Lo importante en esto es el balance. No se debe añadir mucho, porque la idea es darle un toque distinto pero no invasivo”, aclara.
Para la crema, cocina el zapallo en cuadritos de similar tamaño. Cuando están listos, se los lleva a la licuadora con un chorrito de aceite de oliva, cebolla paiteña y ajo.
“Se lleva a fuego medio por unos minutos y se añade un anís estrellado molido. El sabor de este es más fuerte que el verde, por lo que su uso debe ser moderado”.
Asimismo, las semillas se pueden moler y sirven para condimentar ensaladas o vegetales salteados como zanahorias y vainitas.
En tendencia
El anís se emplea actualmente en la confitería y chocolatería. Para esto, al verde se lo puede bañar en panela o azúcar y obtener una especie de golosina. Al estrellado, en cambio, se lo puede integrar al cacao amargo para obtener una barra de chocolate con sabor anisado.
- El uso de esta especia debe ser moderado. De lo contrario, genera intoxicación.
- Basta con una pizca para dar sabor a los preparados. Es bastante fuerte.
- Consérvelo en un lugar seco para evitar el deterioro. Evite que reciba mucha luz.
- Es una semilla que ayuda a la digestión. Con ella se puede preparar una infusión o sumarla a la receta clásica del pan.
Pollo al anís
- Una pechuga grande de pollo sin piel
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharaditas de anís
- 3 rodajas de limón
- Sal y pimienta
Preparación
1. Sazona la pechuga de pollo con sal y pimienta.
2. Realiza cortes en la carne blanca para introducir las rodajas de limón y la mitad de las semillas de anís.
3. Coloca la proteína sobre una bandeja y báñala en el aceite de oliva. Esto evitará que se seque. Luego esparce el resto de la especia.
4. Calienta el horno a 180 grados centígrados y deja la pechuga por unos 30 minutos. También se puede hacer a la parrilla.
5. A la hora de servir el pollo puedes hacerlo acompañado de arroz amarillo o con ensalada fresca.