La tentativa de hacer de la Comunidad Autónoma Cataluña, tal vez la más rica y activa región de España, una república independiente, acogiéndose a cuestionados antecedentes históricos y como producto de un permanente enfrentamiento contra un “centralismo absorbente”, de Madrid mantiene en España una situación álgida que no solo preocupa a los españoles, sino al resto del mundo y, sobre todo, a quienes habitan en Europa.

El gobierno central de Rajoy, al parecer, se ha visto en la obligación de aplicar medidas un tanto severas que, aunque necesarias para el mantenimiento de la unidad en la Madre Patria, ha recibido ciertas censuras no solo dentro, sino también fuera de España.

Y es que mientras los catalanes independentistas (también hay en esa región o “país catalán” un gran número de ciudadanos que NO quieren dejar de ser españoles) insisten en llevar a la práctica lo decidido por la Asamblea que tiene su sede en Barcelona, el gobierno central aplica directamente la legislación nacional e, incluso, aplica fuertes sanciones contra los líderes segregacionistas.

El mundo espera que no se rompa la unidad en un país donde el sistema político ofrece grandes autonomías a todas sus distintas regiones.