Hoy, no solamente a los guayaquileños sino a todos los ecuatorianos nos toca celebrar con alto espíritu cívico una fecha que en nuestro calendario histórico es tan significativa porque, tras el episodio de la Fragua de Vulcano, se independizó del coloniaje español al Puerto Principal de lo que sería en el futuro el Ecuador.

Esto, además, significó el inicio de la gesta épica con la que, ascendiendo desde las bajas tierras costaneras hasta las majestuosas alturas andinas, los ejércitos libertadores lograron, dos años más tarde, la independencia de los territorios que entonces conformaban la Real Audiencia de Quito, con la heroica Batalla del Pichincha.

Cabe destacar, también, una de las más altas figuras en el acontecer independentista de nuestra patria, que es el poeta y prócer guayaquileño José Joaquín de Olmedo, quien en su importante trayectoria política, cívica y humanista no solamente tiene a su favor el haber sido el más importante poeta neoclásico de América y el líder de la independencia de Guayaquil, sino también su participación en las Cortes de Cádiz. Justamente en ese escenario destaca con su famoso discurso contra las mitas y el concertaje, y su liderazgo para liquidar el militarismo floreano el 6 de marzo de 1845.