Estamos a un día de que se acabe 2018, año movido en el que el periodismo estuvo en la mira de los terroristas en la frontera norte. Guacho y sus secuaces nos arrebataron a Paúl, Efraín y Javier cuando cumplían con la noble pero peligrosa tarea de informar al país lo que estaba pasando en una zona caliente, en la que ya habían caído varios militares. Sus nombres quedarán en el recuerdo de un país que lucha día a día por salir del abandono y de las dificultades. Estos doce meses han tenido muchos matices, tanto en lo nacional como en lo internacional. Muchos gobiernos del llamado socialismo del siglo XXI han sucumbido por la codicia y el desenfrenado interés por el dinero mal habido, perjudicando así a millones de personas que ahora permanecen en el desempleo. Sin embargo, es hora de pasar la página y de que la justicia se encargue de ellos. Comienza un nuevo año en el que debemos dejar atrás los malos momentos, pero aprendiendo de nuestros errores para no cometerlos otra vez. Siempre es necesario pasar la página y poner el punto final a historias que nos hicieron daño. Ese precisamente debe ser el objetivo principal, empezar otra vez con el alma limpia, sin resentimientos que nos dañen el corazón. En resumen, hay que saber perdonar para sanar el alma. Vivir con resentimientos no tiene sentido, solo hacen el camino más difícil y tortuoso. Brindemos por lo que dejamos y por lo que viene, que seguramente será mucho mejor que lo que tuvimos. Felices fiestas y los deseos de que cada día de sus vidas esté lleno de luz.