Tiene bien merecido este título la hermosa ciudad del sur, porque la poesía y el pensamiento se cultivan con profundidad y extensión grande en dicha urbe.

Pero no solo es eso. Además, los cuencanos han demostrado su valor y su apego profundo a la libertad, como sucedió un tres de noviembre, fecha histórica para Cuenca y para todo el Ecuador.

Cuando una crisis muy grave cayó sobre la ciudad, los cuencanos no se amilanaron.

Hicieron del talento y la oportunidad los medios para enfrentar a la crisis, y pronto volvieron los tiempos de la bonanza y la prosperidad.

Hoy Cuenca es un destino turístico insoslayable, porque al extraordinario paisaje de sus cuatro ríos y de su cielo azul se une una planificación urbana que combina la tradición con la modernidad que han convertido a Cuenca en una de las más bellas ciudades del Ecuador.

En esta fecha conmemorativa de su grito libertario expresamos nuestros más profundos deseos para que Cuenca siga caminando reciamente por el sendero del progreso.

Además, que se constituya en una especie de vínculo de la nacionalidad que obligue a todos los pueblos ecuatorianos a pensar unitariamente en un solo destino nacional, que no puede ser otro que la grandeza del país.