Ciertos padres han encontrado en las nuevas tecnologías una forma de liberarse del control y educación de sus hijos, que se inician a temprana edad en esta adicción. Conozco a niños que no pueden vivir sin el celular, la ‘laptop’ o la computadora en la mano.

Gritan, chillan y patalean. Pueden pasar días enteros pegados a la pantalla, viendo todo el día juegos que no les sirven en su formación. Son niños desamorados, malos alumnos, que no hacen nada en la casa y pasan distraídos en las escuelas y colegios. Por regla general, no hacen caso a nada ni a nadie.

Aprovechemos las nuevas tecnologías, pero esto debe hacerse bajo un control de los jóvenes. Una tarea de los padres que deben dar un tiempo estricto y, si es posible, que aprendan algo, programarles juegos que les permitan desarrollar su inteligencia e imaginación.

Un adicto a internet, por regla general, anda a todas partes con la laptop, con su celular jugando o viendo cosas que no le ayudan para nada a su formación.

Los adictos pasan 8 horas frente a estos aparatitos jugando, chateando. Se vuelven irritables con sus padres, sus amigos, en su trabajo... Todo lo hacen rápido y mal, descuidan la amistad y hasta el aseo personal. Dicen que todo lo ven en su celular, por no hablar de los defectos visuales que eso produce, además de dolores de espalda y de cabeza.