Mi esposa no me deja mentir: le dije que “Trump podía ganar”, a pesar de sus exabruptos misóginos, racistas y señalamientos oscuros de impuestos y negocios millonarios. Su lema nacionalista de ser “América otra vez”, caló aún entre los migrantes legales. Sus insultos pudieron afectarle y si fuese más cauto, “ganaba de largo”, sumando a la desconfianza a Hillary Clinton por los escándalos: de e-mails, su esposo, Wall Street, etc.

Los americanos están cansados del establishment-demócrata, aunque Barak Obama tenga buena aceptación. Los migrantes de pago barato que apuntalaron la economía, ahora no son bien vistos. Que vuelva la industria y no le den de comer a China, bueno; pero será difícil competir con mano de obra barata y status de vida sencilla asiática. El FBI jugó su rol.

¿Cuánto se extrañó a Michell Obama como postulante a la Casa Blanca? Allá las encuestas son serias. Fallaron los ciudadanos del voto vergonzoso-escondido y no percibido. Ante cámaras y encuestas por Clinton, y en la boleta por Trump. Campaña vergonzante como nunca antes, igual a nuestros países con “el menos malo o el lobo vestido de oveja”, con el cuasi presidente del mundo.

Juan Carlos Cobo Rueda