De España debe habernos llegado la herencia , ya que en Pamplona, donde en las calles cualquier hijo de vecina y no los toreros profesionales lidian a los feroces esposos de las vacas, el asueto es prolongado nada menos que durante una semana para descansar a pierna suelta, burlándose de la maldición bíblica. Y es que por nuestros lares estamos, precisamente, disfrutando de un “puente vacacional” que comenzó el pasado miércoles 2 y que concluirá el próximo domingo 6. Es decir, cinco días para dedicárselo al “dolce far niente”, bajarnos del “camello” y aprovechamos la oportunidad para visitar nuestros balnearios llenos de hermosas sirenas, para escalar las montañas andinas con sus soberbios y a veces furiosos volcanes o internarnos en la selva amazónica desde donde nos llega el “sueldo” del país, que es el petróleo, también conocido como “el excremento del diablo”.

Para colaborar con el turismo interno, sobre todo en el actual gobierno, se hace estos traslados de fechas cívicas para que empaten con los fines de semana que, gracias al doctor Carlos Julio, ahora no contemplan el “sábado inglés”, pues la jornada de trabajo semanal se redujo a 40 horas. Y tienen chance para ganar más los hoteleros, los empresarios del transporte, los guías turísticos, entre otros beneficiarios de la vagancia.

Muchos utilizaron el feriado del 2 para visitar a sus deudos en el cementerio. Y no a los “muertos de hambre”, porque esos hay por miles...(FCV)