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Miguel CedeñoCortesía

Miguel Cedeño: “Le preguntaba a mi madre si me iba a morir”

Miguel Cedeño conducirá un segmento dedicado a pacientes con cáncer. Asegura que la enfermedad hizo que ‘aterrizara’, ya que todo era viajes y farras

A fines del año pasado, la vida del presentador Miguel Cedeño, del programa ‘De boca en boca’ de TC, cambió cuando recibió la noticia de que padece de cáncer linfático (linfoma de Hodgkin).

Aunque lloró y se deprimió inicialmente, tomó fuerzas para luchar. Su buena actitud, juventud (34 años) y el apoyo de su madre Dora Carreño, su hermana María Belén, su tía Dolores (quien además es su madrina) y de sus amigos han contribuido para que este proceso que enfrenta no sea tan duro.

Su vida dio un vuelco, ¿verdad?

La noticia fue impactante, aunque lo sospechaba, porque en noviembre sentí una bolita en la axila derecha. Me decían que era un absceso, pero como había pagado un pasaje a Miami decidí irme de vacaciones y no le hice caso. Me dolía, la molestia y la bolita crecieron. Allá le pedí a mi amiga Liliana Troya que me dé un medicamento para desinflamar. Al regresar, el médico me dijo que era un linfoma, cáncer. Similar al que padeció Luis Antonio Ruiz. El dolor era terrible, únicamente la morfina me calmaba. La bola afectó los nervios de mi brazo. El 14 de marzo me haré el cuarto de seis ciclos de quimioterapias en Solca.

Las primeras molestias usted las tuvo hace algún tiempo, pero no hizo caso...

Así es. Siempre fui descuidado con mi salud, ni gripe me daba. Fui el último de la familia que enfermó de COVID. Siempre tuve problemas de ganglios inflamados, pero me tomaba algo y desaparecía la molestia. Mi error fue que me automedicaba. Luego me enteré de los síntomas. En la pandemia perdí peso, tenía diarreas e insomnio. A Solca entré con 230 libras y ahora estoy en 191.

¿Qué le ha dicho esta enfermedad?

Me unió más con Dios y mi familia, me enseñó a valorarlos. A veces me pedían que los acompañara a una reunión o a un almuerzo. Yo prefería el trabajo, la farra y viajes. Esta enfermedad me hizo poner los pies en la tierra. Mi hermano Andrés me llamó llorando. María Belén, cuando se enteró, también quedó muy afectada porque se escucha la palabra ‘cáncer’ y enseguida se piensa en la muerte.

¿Pensó en la muerte?

Le preguntaba a mi madre si me iba a morir. Le decía que si eso pasaba, quería que hablaran con el productor Marlon Acosta para que hicieran mi telenovela, como la de Sharon (risas). Ella me respondía que no me iba a pasar nada. Siempre me ha dado mucha fortaleza.

¿Sanó las heridas con su padre?

Mi padre (Miguel) está desaparecido como siempre. Tengo madres y padres de sobra en mi casa. Están las personas que quieren estar conmigo en este proceso, mis amigos del canal, mis excompañeros del colegio. Me llamó la atención que Anita Buljubasich le escribiera a mi madre como si fueran amigas de años. Yo era su compañero, no ella. Muy solidaria y amorosa.

Su amigo El Cuy siempre ha dicho que usted es muy vanidoso. Ahora luce sin cabello.

Por las quimioterapias, el cabello comenzó a caerse. Le pedí a mi madre que me rape, en la almohada se quedaba mucho pelo. No sabía cómo iba a lucir, pero pensé que para las mujeres seguramente es más duro. Ahora me preocupan mis cejas, no quiero perderlas.

¿Tiene previsto volver a la pantalla?

A mediados de este mes se estrenará ‘Guerreros de vida’, con historias de personas que atraviesan esta enfermedad. Saldrá una vez por semana en ‘De boca en boca’. Yo confío en volver al estudio en junio y con mi estilo de siempre. He decretado que estaré sano. Como que Dios sabía que tenía que pararme de alguna manera. Pudo haber sido peor.

Hugo Gavilánez y usted han tenido diferencias. A él lo cuestionaron por lanzar una indirecta.

Solo pienso en mi salud. No me desgasto con esos comentarios.