Exclusivo
Buena Vida

La muerte de un familiar se la puede canalizar de diferentes formas, pero con ayuda profesional.Cortesía

¿Perdiste a alguien en 2020? Recomendaciones para sobrellevarlo

¿Quién no ha perdido a un ser querido y se ha 'tirado' a llorar? Especialista explican qué hacer para enfrentar el dolor y cómo recuperar la cordura

La muerte es lo más seguro que tenemos los seres humanos en esta vida. Y queda demostrado este 2020 cuando por la pandemia del coronavirus muchas personas partieron de este mundo, sin avisar. Pero nadie entiende el dolor de la persona que queda, ya que es un sentimiento indescriptible, dependiendo del vínculo que ambos formaron en vida.

Sabemos que no se puede determinar ni generalizar el dolor cuando muere alguien, pero algo sí es seguro: ni el pésame ni los consejos sirven nunca.

Así lo dice el máster en Psicología Clínica, Mario Villalba Vasco -del Ministerio de Salud Pública-, quien precisa que la muerte de un familiar “jamás se la supera” y que solo se logra sobrellevar. “Esa es la palabra adecuada: sobrellevar, porque realmente no se puede superar la pérdida de un ser querido, pero sobrellevar sí, porque uno aprende a aceptar la ausencia del familiar”, dice Villalba.

Además, el dolor que deja la partida de la persona que uno quiere es un proceso que no dura una semana, un mes o dos; es también “cómo estoy dispuesto a aceptar de que ese ser querido ya no está a mi lado y no va a volver nunca”.

“El proceso para sobrellevar este evento va a depender de la disponibilidad que yo tenga para aceptar su partida”, precisa el experto.

Sin embargo, la también especialista de Lazos Atención Psicológica, Betty Soria Peñafiel, indica que cuando muere un familiar, la persona –que queda viva- pierde la subjetividad; es decir, que la persona no puede interiorizar el dolor.

Pero para poder definir este concepto, la también máster en Psicología clínica sostiene a EXTRA que existen dos tipos de duelo: normal y patológico.

El normal, dice, es cuando la persona esta desubjetivada del sufrimiento, donde podrá superar -de alguna forma- el dolor de forma más rápida pero no se lo supera del todo, se logra sobrellevar y dirigir esa energía al duelo.

“El patológico va más allá: deja un saldo mayor. Es porque la persona se queda en ese estado de indefensión y con una sensación de vacío (..) Queda ‘tomado’ en esa posición más de lo esperado, pero la única forma de aliviarlo es mediante la consulta a expertos”, sugiere la entendida.

Para Soria, este encuentro con la ‘huesuda’ remite a la propia existencia del ser humando, porque “ese momento lo deja en un estado de angustia” donde la persona responde con un acting out, respuesta que él encuentra para poder tramitar el dolor y duelo,

“Este es un camino hacia la desubjetivación; es decir, poner en palabras cómo ese dolor o angustia le afecta en su cuerpo y mente para que pueda subjetivar nuevamente y volver otra vez en sí”, explica.

Según ambos profesionales, hay una gran diferencia entre si la muerte fue de esposos, padres o hermanos.. Villalba destaca la importancia del vínculo familiar que se desarrolla entre las personas y la aceptación va a ser distinta dependiendo el grado de afinidad que ambos desarrollaron.

“Es costumbre que los hijos estén preparados para enterrar a sus padres porque es un proceso que probablemente vamos a tener que vivir, pero también va a depender de ciertos factores, por ejemplo, si la muerte se da por algún accidente o por naturalidad”.Mario Villalba Vasco / Máster Psicología Clínica
Mario Villalba es psicólogo clínico del Ministerio de Salud Pública.Cortesía

No obstante, aceptar la pérdida no está destinada a los muchos o pocos años de estar con una persona, sino más bien está enfrascada en el vínculo que se desarrolló en ambos.

“Lo primero a que se enfrentan los familiares cuando se entierra a su ser querido es a la realidad, pero a la realidad de que llegarán a casa y verán que esa persona ya no está”, menciona Soria.

¿Qué pierde el sujeto cuando se ‘va’ un ser querido?

Acorde a Soria, es la pregunta crucial en el psicoanálisis, ya que quedó rota la subjetividad, y la ayuda profesional es ideal para que el sujeto pueda reconstruir lo que quedó dañado.

En ese sentido apunta a que el terapeuta debe esperar a que el paciente decida hablar. Villalba acierta de que la ayuda psicológica es necesaria pero no en el momento del duelo, porque ese tiempo debe la persona asumirlo por cuenta propia.

La ida al psicólogo, expresa, es recomendable cuando ese sufrimiento se ha prolongado mucho y la persona se ha encerrado en su mundo y solo pasa sufriendo. “No hay que ir donde la propia familia porque muchas veces ellos están sumidos en el dolor y en vez de fortalecernos nos deprimen aún más”, aconseja.

“La reacción es inevitable. Hay que esperar la escena donde el paciente pueda sacar todo lo que lleva dentro”.Betty Soria Peñafiel / Psicóloga Clínica de Lazos
Betty Soria es psicóloga clínica de Lazos Atención Psicológica.Cortesía

CONSEJOS

Ambos expertos recomiendan a este diario que cuando se está pasando por estos momentos “el tiempo ayuda, pero no es la solución” y también saber qué pensaría el difunto sobre mi estado actual.

  • Hay que diferenciar cuando estoy pasando por un duelo o una melancolía.
  • Escuchar lo que se tiene que decir sobre la persona que perdió. Es decir, quien lleva el luto debe ‘sacar’ todo y exponerlo frente al terapeuta para que pueda iniciar el proceso de subjetivación.
  • Expresar sus sentimientos sin ser juzgado ni criticado y saber escuchar a quien tiene un colapso traumático.