Si en su lugar de trabajo las enfermedades virales están jugando ‘al pepo’, ponga atención a su alimentación.

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La época invernal, con lluvias repentinas y temperaturas elevadas, suele ser la propicia para la propagación de virus en el ambiente. Es muy probable que a su compañero de un lado ya le hayan diagnosticado un problema respiratorio, mientras que quien está al otro lado está ‘tose y tose’. Usted se encuentra ‘acorralado’.

Marian Núñez, nutricionista del Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas (Ieced), afirma que la alimentación sí es una herramienta para fortalecer el sistema inmune. “Una correcta dieta puede ayudar a reducir el riesgo de contraer enfermedades virales, pero no garantiza evitar completamente las infecciones”, explica.

Entre los alimentos que pueden robustecer las defensas, ella recomienda las frutas cítricas como limones, mandarinas o toronjas. “Todas estas son ricas en vitamina C. Sin embargo, las frutas y vegetales ricos en antioxidantes también son necesarios”, dice.

Las fresas, kiwis, espinaca, brócoli, zanahorias y pimientos; fuentes de zinc como semillas de calabaza, ajo, jengibre; además de alimentos llenos de vitamina D son ejemplos de lo último que menciona la nutricionista Núñez.

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La especialista también habla de los productos ‘mágicos’ que comercializan como la clave perfecta para no enfermarse. “Por ejemplo, los suplementos de vitamina C en exceso, aunque pueden ayudar, no previenen resfriados por sí solos. La miel en grandes cantidades también es útil para aliviar infecciones en la zona faríngea, pero tampoco evita enfermedades. Por otro lado, los jugos comerciales que dicen ser enriquecidos con vitamina A, a menudo tienen mucha azúcar y pocas vitaminas reales. Y los ‘superalimentos milagrosos’ como la chía, espirulina o moringa son solo mito”, asegura.

Núñez finalmente recomienda que para mantenerse sano debe hacerse un “esfuerzo integral, lo que implica buena higiene, ejercicio, sueño adecuado y evitar el estrés”.

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