“Mi hijo, por favor, me mataron a mi hijo”, fue el grito de desesperación y angustia que expresó Denelys Gertrudis Monsalve Aray, luego del ataque armado cometido pasadas las 19:40 la noche del 18 de julio de 2024, dentro del bus disco 135 de la cooperativa San Cristóbal, en el cual viajaba junto a su familia rumbo al cantón Tulcán de la provincia del Carchi.

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En el atentado, que se perpetró en la entrada al recinto La Aurora, sobre la vía Panamericana en el sentido Babahoyo-San Juan, jurisdicción del cantón Puebloviejo, provincia de Los Ríos, la mujer, de nacionalidad venezolana, perdió a su niño (de seis años); a su papá Joel Enrique Monsalve Alvarado (55), a su conviviente Georvi Salazar Ramos (42) y a su hijastro Jesús Daniel Salazar Quintero (20), todos oriundos del mismo país.

La quinta persona fallecida, un hombre que aún no ha sido identificado, permanece en la morgue del cantón Ventanas. Denelys se encuentra hospitalizada debido a las heridas que sufrió por el paso de un proyectil. Además fueron heridos el chofer y el oficial de dicho bus.

Debido a la falta de recursos, hasta el mediodía de este viernes 19 de julio, el cuerpo del niño aún permanecía en la morgue del cantón Babahoyo, donde fue ingresado tras confirmarse su fallecimiento en el hospital Martín Icaza, de la capital riosense.

Según el comandante de la Subzona Los Ríos N.° 12, el coronel William Calle, los asesinos iban por la familia venezolana y en medio del hecho también acabaron con la vida del inocente niño, quien era el nieto de Joel Monsalve. 

“En nuestras indagaciones encontramos que Jesús Salazar estuvo involucrado en dos crímenes en los años 2023 y 2024, lo que nos abre un abanico de hipótesis sobre el móvil del suceso”, manifestó.

El oficial narró que el ataque empezó cuando dos camionetas le dieron alcance a la unidad de transporte y sus ocupantes empezaron a ordenarle que detuviera la marcha. Sin embargo, como el chofer trató de evadirlos comenzaron a dispararle y lo hirieron en una de sus extremidades, hasta que finalmente perdió el control del micro y se impactó contra un paradero.

De allí los asesinos, como no pudieron abrir la puerta del bus, rompieron el parabrisas y subieron a la unidad de transporte. Eran tres hombres encapuchados que les dijeron a los pasajeros que levanten la cabeza y, una vez que identificaron a sus víctimas, les dispararon sin piedad.

Dos de los hombres corrieron hacia la parte trasera del bus, pero también los asesinaron. Los cuerpos sin vida quedaron en el pasillo, frente a la mirada del resto de pasajeros, que empezaron a gritar pidiendo ayuda.

Victoria Velázquez, quien habita en el ingreso al recinto La Aurora, aún no supera el miedo que sintió cuando escuchó la balacera. “Íbamos a merendar cuando escuchamos los disparos y todos corrimos a escondernos al último cuarto. Desde ahí se oían los gritos de las personas (en el bus) pidiendo ayuda, pero el miedo se apoderó de nosotros y no salimos hasta después de unos diez minutos”, detalló la adulta mayor.

Los sobrevivientes quedaron aterrados con el suceso, pero lamentaron más que el niño de seis años haya resultado baleado. El inocente presentaba heridas en el cuello, rodilla izquierda y tórax. “La mamá se arrodillaba ya casi que desmayándose por el estado en el que estaba su hijo”, precisó Victoria.

Otro bus de la misma cooperativa llegó al lugar para hacer el trasbordo de los pasajeros, que continuaron su viaje con miedo después de la tragedia que vivieron. La policía cerró el espacio donde quedó el bus y continuó con el levantamiento de los cuerpos.

Calle añadió que la familia venezolana vivía en San Juan de Puebloviejo, pero quizás ya habían decidido salir del país por alguna situación en particular. “Estamos investigando cuál fue la motivación del hecho, pero presumimos que estos ciudadanos están relacionados con el grupo delictivo AK47 que opera en San Juan”, especificó.

Tras el suceso, en esa jurisdicción la policía realizó varios allanamientos que dejaron como resultados dos aprehendidos, un arma decomisada, una alimentadora y dos teléfonos celulares. En torno a estos resultados, se investiga si tuvieron participación en la masacre. (TOF)

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