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Un contingente arroja polvo absorbente al agua para combatir los residuos del crudo.Luis Cheme

Derrame en Esmeraldas: Un mes de la tragedia y el drama continúa

La gente cuenta cómo ha sido afrontar la difícil situación. Las autoridades aseguran que se han tomado medidas ante lo ocurrido

Un mes ha pasado desde que el derrame de petróleo tiñó de negro las aguas del río Caple, y en los recintos El Achiote, El Roto y Chucaple, en la parroquia Cube, la incertidumbre es el único recurso que no escasea. Son alrededor de 700 familias que pasan entre la espera y la desilusión, donde el único rastro visible de la ayuda estatal es el eco de una promesa: un bono de 470 dólares que no llega, consuela o alimenta.

Germania Coque, de 60 años, cuenta lo que ha experimentado desde la mayor tragedia ambiental registrada en este sector. “Mis perritos se murieron. Tomaron agua del río y ya no quisieron comer. Se pusieron flacos, vomitaban. Uno murió anteayer, el otro, la semana pasada”.

Las orillas del Caple, justo en la entrada a la parroquia Cube, son ahora un paisaje lunar. Allí trabaja un grupo de obreros de Petroecuador en dos turnos, día y noche, bajo una carpa blanca que contrasta con el lodo marrón. Lanzan polvo absorbente al agua para capturar los últimos residuos de hidrocarburo que siguen descendiendo por el cauce. Con palas recogen los grumos aceitosos y los meten en fundas rojas. Las malezas que bordeaban el río ya no existen; fueron arrancadas, dejando sólo tierra desnuda y áspera, como una herida.

“Aquí ya han habido dos derrames antes y nunca nos dieron nada. ¿Qué nos asegura que esta vez va a ser diferente?”, se pregunta Celio Mite, agricultor de El Roto. Tiene los ojos apagados, hundidos por el cansancio. Antes cultivaba cacao, sandía, melón y maíz, ahora sus plantaciones están secas, cubiertos de una capa de polvo aceitoso que ni la lluvia ha podido lavar.

El drama continúa tras el derrame de crudo en Esmeraldas

La gente afectada mira con angustia su situación tras la desgracia.Luis Cheme

La gente se sostiene del rebusque, es decir, de las sobras que quedaron del reparto inicial de kits de alimentos. “Yo ya no puedo trabajar porque tengo problemas en los huesos, mi esposo tampoco tiene empleo. Vivimos del favor de los vecinos, del arroz que quedó de la funda que nos dieron”, agrega Coque.

Según el gobernador de Esmeraldas, general Juan Jaramillo, la respuesta del Gobierno ha sido eficiente y oportuna, como no ha ocurrido en los otros tres derrames de hidrocarburos registrado en esa zona desde la apertura del SOTE.

Asegura que bono de $470 llegará en los próximos días a las comunidades ubicadas en la primera línea de contaminación. Pero no será todo, también recibirán un bono de agricultura. “También vamos a indemnizar a todas aquellas personas que perdieron animales, que perdieron vacas, que perdieron pollos y a quienes perdieron sus sembríos de cacao. En ese tema ya está trabajando el Ministerio de Agricultura”, explicó Jaramillo.

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En el caso de la plantación de cacao ubicada en la zona cero del desastre, según Jaramillo, personal de Petroecuador ya se encuentra realizando las mediciones para hacer un avalúo de daños y compensar a los propietarios.

“Todas las personas que viven en el margen de los ríos y esteros por donde pasó el derrame de petróleo van a ser cancelados, pero ese es un tema que demora un poco más porque hay que hacer un estudio detallado de los daños”, concluyó el funcionario.

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