Las lágrimas de Rosita Saldarriaga caían sobre la bandera de la ciudad de Manta, provincia de Manabí,  que cubría el féretro de su esposo, el alcalde Agustín Intriago Quijano. Ella lloraba de forma desgarradora, mientras unos familiares la abrazaban en medio de una tristeza inconsolable, durante el sepelio de quien fuera el primer personero de la ciudad.

Rosita llevaba un chaleco antibalas que la Policía le otorgó por seguridad y en su rostro se reflejaba todo el desastre que le dejó la violencia.

Antes de que entierren el cuerpo del padre de sus dos hijos, a quien llamaba de cariño Negrito, besó una rosa blanca para lanzarla a la tumba.

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No solo ella lloraba. También unos colaboradores y hubo quien de rodillas pedía: “Alcalde levántate para recorrer Manabí, por favor alcalde, nooo, no te vayas, te vamos a extrañar”.

El dolor era evidente entre la población. Además, la temperatura calurosa provocó que simpatizantes como Ruthy Almeida se desmayen. Ella tuvo que ser atendida por los organismos de socorro. Desde el domingo, cuando confirmaron la muerte del alcalde, ella trató de estar presente en los actos de despedida. 

Otro de los más visiblemente afectados durante el traslado a la última morada de Intriago fue Mauro Rezabala. Sus gafas no pudieron ocultar el profundo pesar. Él fue concejal durante los dos períodos de Agustín Intriago. Fue uno de los más cercanos funcionarios.

El camposanto Jardines del Edén se convirtió en un muro de lamentos, luego de la presentación musical con violín y la entonación de la canción ‘Un amigo es una luz’, de Enanitos Verdes.

“...porque siempre estarán en mí, esos buenos momentos que pasamos sin saber, que un amigo es una luz brillando en la oscuridad, siempre serás mi amigo no importa nada más”, decía la canción, lo cual generó que muchos de los asistentes derramaran sus lágrimas.

El último adiós al alcalde mantense estuvo marcado por los gritos de justicia por parte de los entristecidos simpatizantes. Incluso, en coro pidieron que Rosita Saldarriaga, su esposa, se postulara como alcaldesa en las próximas elecciones del 2027.

Luis Ferrín, un seguidor de Intriago, lamentó lo ocurrido con quien llamó como el mejor alcalde que ha tenido Manta.

Él relató que “lo abracé porque acudí a hacerle un agradecimiento por las obras que iba hacer en mi barrio 15 de Septiembre. Yo me vine y de repente se escucharon los tiros”, dijo el hombre que se mezcló entre un centenar de asistentes que llegó a darle el último adiós.

Entre los concurrentes al sepelio del burgomaestre de Manta también hubo decenas de vendedores, sobre todo de refrescos que colocaron sus triciclos y carretas.

Algunos comerciantes, como Mercedes Guerrero, recordaron la labor del alcalde mantense y expresaron su agradecimiento por haber apoyado a los emprendimientos. Pese a no poder despedirlo en el interior del cementerio, la mujer dijo que Intriago “hizo un gran trabajo”.

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