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Esmeraldas: Madre no puede sepultar a su hijo tras incendio en bus
Madre de niño fallecido en incendio de bus en Esmeraldas enfrenta burocracia para despedirlo. Su historia resalta la necesidad de seguridad en el transporte
Marilyn Mite, madre de Jesús Ariel, un niño de 8 años que perdió la vida en un trágico incendio en un bus de pasajeros la semana pasada en Quinindé (Esmeraldas), enfrenta una dolorosa espera para poder enterrar a su hijo.
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Desde el pasado jueves 7 de noviembre, el cadáver del menor permanece en el Centro Forense de Esmeraldas, donde las autoridades le exigen una prueba de ADN para confirmar su maternidad antes de permitir el retiro del cuerpo.
“Desde el día del accidente no puedo sepultar a mi hijo. Llevé la caja mortuoria para trasladarlo al cementerio de La Unión de Quinindé, pero no me dejan”, lamentó Mite, visiblemente afectada por la situación. La madre, que había salido de la escuela con sus dos hijos, se encontraba en el bus y viajaba hasta la parroquia La Unión cuando ocurrió la tragedia.
El siniestro vial tuvo lugar en el sector conocido como Las Piñas, en el kilómetro 54 de la carretera E-20, en la ruta La Concordia-Quinindé. Según la versión de Mite, el bus de la operadora cantonal Quinindé se movilizaba a exceso de velocidad y el conductor aparentemente estaba distraído, utilizando su teléfono móvil. Al llegar al sector Las Piñas, el vehículo se detuvo para dejar a un pasajero, momento en que fue alcanzado por un camión que impactó con fuerza la parte trasera del bus.
Solo quiere despedir a su hijo
La madre recuerda que se sentó con sus hijos en la fila izquierda al final del autobús, sin imaginar que minutos después se verían envueltos en un accidente tan devastador. La colisión provocó un incendio que consumió rápidamente el vehículo, resultando en la muerte de Jesús Ariel y de otro pasajero, Manuel Montero, quien también residía en la parroquia La Unión de Quinindé.
“No entiendo por qué tengo que pasar por esto. Solo quiero despedir a mi hijo y darle un lugar donde descansar”, expresó la madre entre lágrimas. A medida que los días pasan, la angustia de no poder realizar los últimos ritos se convierte en un peso insoportable.
El pequeño Jesús era estudiante del nivel básico en La Unidad Educativa La Independencia. Jesús era un niño lleno de vida, risas y sueños. Su muerte ha dejado un profundo vacío no solo en su familia, sino también en sus compañeros de clase, quienes lloran la pérdida de un amigo querido.
La comunidad de La Unión de Quinindé ha mostrado su apoyo a Mite, quienes han ofrecido ayuda y solidaridad en este difícil momento. Sin embargo, la espera por la autorización para retirar el cuerpo continúa, dejando a la madre sumida en un dolor que parece no tener fin.
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