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Opinión

Editorial: El Ídolo salvó a un trágico 2020

Digno de una trama llena de drama y suspenso de telenovela nocturna, así termina como empezó todo. Entre cornetas, petardos y cánticos por las calles, muchos fanáticos salieron a celebrar alborotados el pasado martes 29 de diciembre por las calles de Guayaquil y de otras ciudades del país, a pesar del toque de queda impuesto por la amenaza latente del COVID-19. Y no había una mejor razón en este 2020 que estaba a punto de morir.

Los aterradores meses colmados de desgracias, pérdidas de familiares y amigos, así como la gran debacle económica, desaparecieron con la añorada corona 16 de un Barcelona que fue regular en la LigaPro 2020 bajo la tutela de Fabián Bustos que, luego de campeonar con el Delfín 2019, destacó con el Ídolo en la segunda etapa para cerrar con broche de oro con su nuevo título, en una cancha de Liga de Quito tan imposible por más de dos décadas.

Es costumbre en el fútbol que cada que gana el cuadro canario influye en el factor anímico de la sociedad: desde el más pudiente hasta el más pobre le sonríe a la adversidad gracias al ‘querido Barce’. Sin dudas aquel día será considerado en el corazón del pueblo como el más bonito del tan nefasto 2020 que tantas tristezas y angustias causó a la población ecuatoriana.