Preocupa que en medio de la crisis de inseguridad que vive el país y de los golpes que tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas han dado a las organizaciones terroristas para debilitar sus estructuras criminales, no existan garantías judiciales y que todo el esfuerzo quede en nada.

Un juez penal de Guayaquil decidió dejar en libertad a un individuo señalado de ser líder de una organización criminal. ¿Cómo se le puede devolver la fe a los ciudadanos en la justicia del país si suceden este tipo de cosas? En febrero de este año, un organismo internacional denunció una posible infiltración del crimen organizado en la Función Judicial, ¿pero qué se ha hecho para evitar que eso suceda? El caso Metástasis, que dejó al descubierto a operadores de justicia supuestamente vinculados al narcotráfico, fue un sacudón que hizo creer que la limpieza en este organismo comenzaría, pero parece que todo sigue igual.

La impunidad no puede prevalecer en un contexto de crisis, ya que socava la confianza de los ecuatorianos en las instituciones encargadas de velar por su bienestar. Se deben garantizar procesos judiciales transparentes, pero también firmes, para que la lucha contra la criminalidad no se vea empañada por decisiones que favorezcan a quienes representan una amenaza para la seguridad del país.

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