La elección que hará los Estados Unidos el próximo 8 de noviembre será crucial para la humanidad. Los votantes seleccionarán a los compromisarios, quienes, a su vez, designarán al Presidente y Vicepresidente a través del Colegio Electoral.

Visto el panorama, desde dentro y fuera, el futuro depende del acierto o no, porque hay temas muy importantes por resolver, como la seguridad social, migración, situación en Oriente Medio, -Siria, Irak, especialmente-, relaciones con Rusia y demás países; el enorme endeudamiento, los pesos y contrapesos políticos y geopolíticos nacionales e internacionales, las finanzas públicas y el manejo de la economía interna y externa; la estabilidad del dólar, considerando que podría perder el estatus de moneda de reserva mundial; los Tratados de Libre Comercio y la protección del medio ambiente, etc.

Sin embargo, de los debates entre los candidatos con más opción, Clinton y Trump, dada la forma en que se dieron, solo recordamos los golpes bajos dados entre ambos, la supuesta inseguridad a la que ha expuesto Hillary a su país con los “mails”, desde su servidor privado, los devaneos de Bill, -en los cuales ella era la víctima-; la actitud de Donald hacia las mujeres, -para quien solo serían símbolos sexuales-, y, el muro que construiría a costa de los mexicanos y en contra de ellos.

¿No es todo esto extraño para la primera economía del mundo?...