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Opinión

Explosión por una central clandestina

El día de la Navidad, que es la fiesta dedicada a los niños del mundo recordando el nacimiento del Niño Jesús, un menor de edad falleció por la explosión ocurrida en un restaurante de la ciudad capital en donde se descubrió que mantenía, clandestinamente, una central de gas. También resultó víctima mortal de este estallido una anciana de 80 años y, además, 11 personas quedaron heridas, algunas de gravedad.

Las autoridades están investigando esta tragedia que podría repetirse en otros lugares en donde suele concurrir abundante público. Y es que, al parecer, no se trata de un caso aislado siendo que, según denuncias y sospechas, en otros lugares no solo de Quito, sino además de otras ciudades del país operarían ilegalmente estos centros en donde, por la diaria y casi siempre despreocupada manipulación de los cilindros de gas doméstico muchas personas pueden estar en peligro al ir a un almacén o a un restaurante.

El hecho que hoy lamentamos fue de mucha gravedad, ya que la central clandestina funcionaba nada menos que junto a una gasolinera en donde existe abundante material inflamable. Por ello se debería realizar severas y permanentes inspecciones para, así, poner a salvo a las personas de tan graves riesgos.