Se ha creado esa frase para significar que, con cada nuevo año, hay que mejorar y estar dispuesto a la rectificación y a la enmienda.

En el país han ocurrido varias cosas graves, algunas fuera del alcance de la voluntad humana. La crisis económica que persiste, aunque desde el oficialismo se la niegue, debe ser superada sin exigir más sacrificio a los menos favorecidos y buscando rutas para generar riqueza, con lo cual habrá más trabajo, ojalá que con salarios dignos pero al menos suficientes para sostener a la familia. Con el terremoto del 16 de abril muchos ecuatorianos no solo perdieron sus viviendas, sino que están sin trabajo y solo han subsistido gracias a su voluntad y a generosas donaciones. Pero ese período ya concluyó y ahora se deben buscar nuevas oportunidades, exigiendo más líneas de crédito.

Ya el Gobierno que se va nada tiene que hacer al respecto. Mucho ha dicho con su enorme propaganda, pero los problemas siguen vivos y dar soluciones urgentes es el primer deber del régimen que se elegirá en febrero próximo.

Que el nuevo año sea de los mejores; y que las tragedias queden atrás apenas para el recuerdo.