Recién se reveló la presencia de elementos venezolanos incrustados entre los ecuatorianos que están protestando, algunos pertenecientes a comunidades indígenas, contra las medidas económicas adoptadas por el Gobierno, entre las cuales se destaca la eliminación de los subsidios a las gasolinas y al diésel, que era un fuerte castigo al Presupuesto del Estado, y favorecía -más bien- al contrabando a países vecinos, enriqueciendo a sus autores y cómplices.

¿Qué hacían esos extranjeros entre los reclamantes? La respuesta es obvia: Alguien ha estado y sigue financiando a grupos que han llegado hasta a enterarse de las actividades del presidente Moreno, lo cual desconoce la gran mayoría de los ecuatorianos.

Y hasta encabezaron turbas que habían avanzado a los exteriores de la Brigada de Aviación del Ejército en Quito, con la intención de agredirlo a su llegada desde Guayaquil, donde tiene trasladadas sus actividades oficiales, provisionalmente, en vista del momento delicado que sufre el país. Esos extranjeros indeseables merecen un castigo ejemplar, y su expulsión.

Por otra parte, la ciudadanía ecuatoriana consciente espera que se supere ya tanta anarquía, y que se restablezca la normalidad lo más pronto posible.