Nuevamente gran parte de la población ecuatoriana vuelve a vivir encierros obligatorios a consecuencia de su misma irresponsabilidad. Y es que el coronavirus no da tregua, multiplicando de manera acelerada el número de contagios y muertes.

Pero las medidas tomadas por el COE Nacional parecen vanas, luego de escuchar en las noticias todas las fiestas o actividades clandestinas que debieron ser intervenidas por la Policía Nacional, incluso en una de las tantas actividades clandestinas descubiertas este fin de semana se encontró a un alcalde manaba compartiendo en una gallera.

Y la solución, al parecer, no es volver a este tipo de confinamiento, que lo único que deja al descubierto es el increíble nivel de indisciplina y falta de respeto de muchas personas. De nada sirve pasar sábado y domingo sin poder pisar la calle, cuando llega el lunes y por una cuestión de obligación se debe tomar el transporte público aglomerado de gente.

La salida no es más que acelerar al proceso de vacunación en el país, que empezó hace varias semanas con la población vulnerable y de la tercera edad, y que hasta el día de hoy no se termina de vacunar. El gran problema es que las dosis parecen llegar a cuentagotas a Ecuador.