La violencia, no solamente por la autoría de la delincuencia que roba, mata y viola, parece haber asomado con su peligroso rostro en el puerto principal.

Y ello se demuestra con el reciente ataque realizado por un grupo de vándalos que, con pretextos deportivos, pues estaban vestidos como hinchas de determinado equipo, apedrean los buses que circulan a lo ancho y largo de la ciudad.

Al momento se ha denunciado que como producto de estos inusitados y sorpresivos ataques, sobre todo en el norte y centro-sur de Guayaquil, sufrieron la rotura de sus ventanas, por los objetos contundentes que se lanzaron, 2 buses articulados y 3 alimentadores.

Por estos ataques a las unidades de transporte porteños, que ocurrieron el domingo 2 de diciembre, utilizando los vándalos sobre todo piedras, la Fundación Metrovía, que es la principal perjudicada, presentó la correspondiente denuncia por daños a un bien público.

Aunque no hay heridos por los ataques del grupo de jóvenes exaltados, sí cundió entre todos los pasajeros el miedo y la desesperación, recordando tal vez lo que hace pocos días le ocurrió a los jugadores del equipo de Boca Juniors de Buenos Aires cuando llegaban al estadio de River Plate para jugar el clásico futbolístico más esperado en el continente.