Dos hospitales de la ciudad más grande del país -y por ende con mayores problemas en la atención de la salud- están sufriendo las consecuencias de una política evidenciada por una burocracia centralista que afecta a dos centros porteños: el Alfredo Valenzuela y el León Becerra, pretendiendo además sustituir la valiosa labor desarrollada por Solca, fundada hace varias décadas, y con los centros sanitarios de la Junta de Beneficencia de Guayaquil que tienen que enfrentar serios problemas económicos por las deudas impagas por parte del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y el Ministerio de Salud.

Sin embargo de que el presidente de la República ha dispuesto la entrega de parte de los recursos que se adeudan al León Becerra, de reconocida importancia en la especialización pediátrica, es decir protección sanitaria a la población infantil, para no interrumpir las importantes labores que ha venido cumpliendo por tanto tiempo, la ministra del ramo ha dicho que no se le adeuda un centavo por parte del Fisco a dicho centro de salud, indicando, además, que se trata de una “institución privada”, esto es dando a entender que el servicio social que no responde a la estructura oficial podría ser ignorado.