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Opinión
Un suicidio anunciado
La lógica del capitalismo es acumular riqueza y consumirlo todo, ya sea una pasta dental o una bomba nuclear sin importar la destrucción de seres humanos o de la naturaleza. Así con este panorama “celebramos” recién el 1 de noviembre el Día Mundial de la Ecología. Es un “suicidio mundial anunciado” cuando seguimos consumiendo y contaminando el planeta como nunca antes en la historia, pese a los anuncios devastadores del “cambio climático”, del agotamiento del agua dulce, el colapso de la agricultura y la pérdida de vida en los mares etc. ya desde hace varios años.
Si quisiéramos tener TODOS los 6 mil millones del planeta el mismo estándar de consumo y despilfarro de países como USA, Europa o Japón, necesitaríamos 2 y hasta 3 planetas Tierra para satisfacer esas necesidades.
Según el ranking de millonarios de la revista Forbes, solo 58 personas poseen la riqueza equivalente al 50% de la población más pobre del mundo.
Este es el modelo perverso de la civilización en que vivimos. No es una disposición divina o natural, esto es a propósito, es uno de los objetivos del desorden mundial capitalista hacia el imperialismo ecológico, que acrecienta las desigualdades en el planeta, ahonda las brechas sociales y ecológicas.
Lo peor es que nuestras poblaciones del subdesarrollo son las que más sufrirán las catástrofes ambientales y no somos en absoluto los responsables de las causas del calentamiento global.