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En Quinindé, la noche de Navidad se 'tiñó' de rojo sangre
Josué Mejía fue asesinado a tiros en Quinindé la noche del 25 de diciembre. Otra persona resultó herida
La alegría de la Navidad se convirtió en un luctuoso recuerdo para los habitantes del cantón Quinindé, en Esmeraldas, tras el brutal asesinato de Josué Mejía, un joven de apenas 28 años, quien fue acribillado con ocho disparos en un sector frecuentado por la diversión y el esparcimiento.
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Eran las 21:45 cuando la noche se iluminó con el destello de las balas, dejando a su paso un rastro de dolor y desesperación.
Los testigos, aún temblorosos, relatan cómo la escena se transformó de risas y música a gritos de horror. "Todo pasó tan rápido. Escuchamos las detonaciones y luego vimos a Josué caer al suelo. Fue un momento aterrador", comentó María Mena, una joven que se encontraba en un bar cercano. "No entendíamos lo que estaba pasando. La gente corría, otros se escondían. Fue como una película de terror", relató la joven mujer.
Un amigo de la víctima resultó herido
Josué no estaba solo esa noche. Un amigo, que también recibió el impacto de las balas, quedó herido en el suelo, mientras los gritos de auxilio resonaban en el aire. "Nunca pensé que algo así podría pasar aquí. Era Navidad, un momento para celebrar, no para llorar a un amigo", expresó Daniel Cuero, quien presenció el ataque y ahora vive con el peso de la culpa por no haber podido ayudar.
Las autoridades llegaron rápidamente al lugar, pero ya era demasiado tarde. Josué había sucumbido a sus heridas, y el otro herido fue trasladado de urgencia al hospital. "Es devastador ver cómo la violencia se lleva a nuestros jóvenes. ¿Dónde está la seguridad en nuestras calles?", cuestionó un vecino del sector, visiblemente consternado.
La noticia del asesinato de Josué se esparció como pólvora, dejando a la comunidad en estado de shock. Las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencia y rabia. "No podemos permitir que la violencia nos arrebate a nuestros seres queridos. ¡Basta ya!", clamó una amiga de la víctima en su perfil de Facebook, mientras otros compartían fotos y recuerdos de un joven que, según sus allegados, era conocido por su amabilidad y su sonrisa contagiosa.
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