EN PLENA CRISIS económica y con creciente desempleo nos alentó la firma del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea. Y si los Congresos de los 28 países europeos integrantes y el ecuatoriano lo confirman antes del fin de año, el Tratado regirá desde el primer día del 2017, lo cual es una excelente noticia, sobre todo para nuestros productores de banano, café, cacao, flores, etc., y las empresas vinculadas con la pesca, que en los últimos años sufren una desigual competencia para la exportación hacia tan próspero mercado.

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NO ES DEMÁS recordar que esta gestión la inició el Ecuador, hace varios años, conjuntamente con Colombia y el Perú. Sin embargo, con la excusa de la soberanía y otros pretextos fútiles nos separamos de los vecinos y hasta llegamos a una relación poco cordial con los europeos con discursos antiimperialistas, (recordemos al uruguayo-ecuatoriano Kintto Lucas en la Cancillería) mientras ellos sí avanzaron logrando firmar antes el Tratado, y consiguieron que colombianos y peruanos ya no requieran la visa Schengen para visitar el Viejo Continente, como todavía se exige a los ecuatorianos.

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ADEMÁS, YA ES tiempo de que, analizándolo fríamente, entremos a la Alianza del Pacífico para incrementar el comercio con ricos países asiáticos como la China, Japón, Corea del Sur, etc., con los cuales varias naciones americanas tienen fuertes nexos, sobre todo Chile y Costa Rica.