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Pedro fue golpeado durante todo el trayecto.Referencial

En Quito: ¡Terror en la Simón Bolívar! Joven fue secuestrado

Un joven fue secuestrado en el norte de Quito. Lo llevaron por un recorrido de miedo. Lo golpearon y le robaron. Luego lo botaron en el sur. Experto habla sobre la seguridad en la capital.

Pedro (nombre protegido) sintió un escalofrío. Apretó su billetera. La única razón por la que el delincuente le devolvía sus documentos personales era macabra. “Solo para que me reconocieran cuando me dejara botado en la quebrada, con un disparo”.

Lo recuerda como una pesadilla. Ocurrió el 2 de noviembre. Pedro había llegado hasta la Mitad del Mundo, en el norte de Quito, para retirar documentos de trabajo. Cuando iba a subirse a su vehículo, 2 tipos (con acento costeño) lo interceptaron. Se treparon en su auto. Lo obligaron a conducir hasta una zona despoblada de la avenida Simón Bolívar. Luego vino lo peor.

Tomaron el volante. Le cubrieron el rostro con un saco y encendieron la marcha “Sentía que me ahogaba. No podía respirar”, precisa. Lo golpearon una y otra vez: en la cabeza, en las costillas, en el pecho, en los brazos y en las piernas. Pedro resistió hasta que el vehículo se detuvo.

Después, otros sujetos se montaron al carro. “Peleaban entre sí”, rememora. Uno decía que lo dejaran. Otro, uno más violento, insistía en que lo golpearan más fuerte. Amenazaba con meterle una bala. Pedro pensaba en su familia. En sus padres, en sus abuelos. Hace poco habían perdido una nieta por cáncer. No podrían lidiar con su muerte.

Mientras tanto, Pedro escuchaba que algo le hacían a su auto. “Pensé que le estaban sacando el motor”, relata. De repente, oyó a uno de los hombres en una llamada. “Decía: ¡sí, ya sé que lo necesitamos para coche bomba!”, lamenta.

Minutos después, lo mudaron a otro auto. Uno de los hombres condujo por unos 40 minutos más. Sin siquiera detener la marcha, los tipos lo lanzaron del vehículo a una cuneta de la avenida Simón Bolívar. La caída le ocasionó una lesión en el hombro. Caminó por casi una hora hasta que encontró ayuda.

Los lobos

Pese a las amenazas, Pedro denunció el hecho. La Policía hizo un informe de lo ocurrido. Sin embargo, la alerta de que se usaría el auto como un carro bomba quedó allí, relata. La madrugada siguiente, a un familiar de Pedro lo contactaron para pedirle rescate por el auto. “Escribí a ese número. El tipo me dijo que es de Los Lobos, que saben todo de mí, que les entregue 2.500 dólares”.

Análisis

La situación era previsible por el abandono estatal

Santiago Orbe, analista en temas de seguridad, explica que la delincuencia se salió de las manos al Gobierno. “Hubo descuido estructural, ausencia de gobernanza... Ahora es evidente la inseguridad, la indefensión, todo producto del olvido histórico”, detalla.

Orbe explica que aunque los actores delictivos no tengan el aparataje logístico para cometer sus fechorías, juegan con el terror que siente la gente por los niveles de violencia en el país. No descarta que la crisis de Guayas y Esmeraldas se extienda a Quito. “Se debe encontrar un norte a la seguridad”.