Los pobladores del sector Nueva Concordia, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, están aterrados, luego de que cuatro jóvenes fueran baleados. Dos de ellos murieron.

Hasta ayer, los agentes que investigaban el caso no dieron detalles de alguna detención en torno a este hecho que se registró la madrugada del domingo 5 de junio. Ocurrió a la 01:45, cuando un grupo de amigos se dirigía hasta la calle Guayas para comprar trago.

Uno de los afectados contó a los policías que ocho personas caminaban hacia la licorería. Entonces, observaron a un taxi amarillo. En cuestión de segundos, dos tipos se bajaron del vehículo y uno de ellos empezó a disparar.

Bala por todo lado

En medio del caos, todos salieron corriendo con la esperanza de escapar de las balas. Ante esto, los asesinos los persiguieron mientras el conductor de la unidad de transporte los esperaba.

Fue en ese instante que cayó abatida una pareja: Gabriela Marcillo, de 19 años, y Luis Gallón, de 24, cuyos cadáveres quedaron en una grada y en el filo de una vereda, respectivamente.

Según las verificaciones, la primera víctima recibió un tiro en la cabeza. Mientras que a su compañero le dieron dos balazos en el tórax.

Además, los proyectiles también alcanzaron a dos jóvenes: un hombre, de 24 años, y una chica, de 23. El muchacho tenía heridas en un glúteo y la otra afectada, en la espalda.

Los sicarios se montaron en el taxi y huyeron, sin percatarse de que todo quedó había quedado registrado en cámaras de seguridad de la zona.

Represalias

Los agentes llegaron al lugar. Los cadáveres fueron trasladados hasta la morgue de la ciudad de Santo Domingo y los heridos, en cambio, fueron atendidos en una casa de salud de La Concordia, para luego ser transferidos a un hospital de la capital tsáchila.

El sobreviviente que se entrevistó con los gendarmes dio detalles de lo sucedido. Les dijo que posiblemente el ataque estuvo ideado por un tipo conocido como Roberto. Anteriormente, él habría organizado un hecho parecido.

La razón para los ataques es que Marcillo y Gallón ya no querían formar parte de la banda llamada R7, una disidencia de Los Lobos. Por ahora, los policías tienen la pista del sitio en el que vive Roberto y también los videos del crimen.