No estaba desaparecida ni andaba de parranda. La cantante Mirella Cesa asegura que no hizo una pausa en la música, ya que estuvo ‘camellando’ en shows y componiendo a full, incluso la semana pasada estuvo en una conferencia de los Latin Billboards, en Miami, Estados Unidos.

Su embarazo y la pandemia la mantuvieron un poco alejada de la farándula nacional, sin embargo, compuso música desde su casa y ahora está lanzando todas sus creaciones. En lo que va del año ha estrenado los temas ‘Linda despedida’, ‘El tesoro’, ‘Siente’ y ‘Mi puerto’, este último compuesto para su natal Guayaquil.

Pero hay un tema inconcluso. En 2018 Mirella ganó la Gaviota de Plata en el festival de Viña del Mar, como mejor interprete internacional, uno de los premios más significativos para los artistas, dejando a más de uno con las ganas de su internacionalización. Pero ella detalla que ese es un proceso que viene de a poco y que no lo ha soltado.

¿Qué busca con el nuevo tema de Guayaquil?

Me siento feliz porque la música ecuatoriana va cruzando fronteras y la gente va identificando nuestro sonido. ‘Mi puerto’ la hicimos con el productor Joshua Abudeye. En la edición y arreglos estuve con Marcel Ferrer. Quisimos capturar la esencia y sonidos de la ciudad.

¿Y qué tan ‘guayaca’ es?

Mucho (risas). Me gusta su gente. Creo que los guayaquileños somos bacansísimos y tenemos cada uno un sello en particular y una comida espectacular. Es una ciudad que me inspira.

Y de la gastronómica, ¿con qué platillo peca?

Comería arroz con menestra todo el día, ¿qué sería de nuestras vidas sin el bolón o los patacones?, ni qué decir del café.

¿Y el encebollado?

Me encantaba en su momento porque ya no como animal desde hace algún tiempo. Ahora me atrevo a hacerlo al estilo vegetariano. Le pondría hongos, chochos, la base del encebollado como tal, pero un tofu empanizado para reemplazar la proteína (pescado).

¿Desde cuándo se volvió vegetariana?

Llevo cinco años. Cuando estuve embarazada volví a comer carnes porque me dio un poco de miedo el tema del hierro por la bebé, aunque hay mujeres que llevan su veganismo durante el embarazo. Ya cuando di a luz volví a mi régimen.

No se supo nada de usted por un buen tiempo...

La gente cree que me di un tiempo en la música, pero no fue así. Mientras estuve embarazada de Emma hice shows y lancé un sencillo (Va y ven) y estuve con villancicos. Trabajé hasta un día antes de dar luz. En noviembre nació la bebé, y para marzo teníamos planeado ir a un festival musical en Texas (Estados Unidos), pero no se dio por pandemia. Nosotros nunca paramos (con su equipo de trabajo).

Después de Viña del Mar se espera una internacionalización, ¿hay planes con eso?

Gracias a Dios tenemos apoyo en Colombia, Panamá y México, que se sumaron luego de Viña del Mar (...) Lamentablemente un artista independiente no ve los frutos tan rápido porque esto es un proceso. Ahora cuento con una distribuidora española. Que la música sea la que poco a poco abra esas puertas.

¿Es complicado lograrlo con 14 años de trayectoria?

Es súper difícil, pero actualmente hay una herramienta que yo no tuve y son las redes sociales. Hoy en día un artista puede ‘pegar’ desde su hogar y con su celular. Una vez que te vuelves fuerte en redes va a existir una demanda. ‘Darte mi amor’ fue un tema que se filtró en Colombia (hace 8 años) por una radio de Panamá y se volvió popular allá, imagínate si hubieran existido redes en ese tiempo, seríamos virales.

¿Hay otra Mirella luego de Viña del Mar?

Viña es de esos hachazos de la vida que marcaron mi carrera. Hay mucha madurez, no hay tanto afán. Creo que antes había una Mirella más apurada por demostrar algo y ahora hay una tratando de contar una historia con su música.

¿En qué otros países suenan más sus temas?

Uno puede ver estadísticas de eso, por ejemplo, en Spotify está México, luego de Ecuador también Santiago de Chile. No es algo masivo ni a nivel enorme, pero ese es el proceso, estamos encaminados, creando y estudiando.