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Farándula

Leonela Gallardo es abogada de la niñez y la adolescencia, pero le agarró el gustó a la pantalla y quisiera volver.Christian Vinueza

Leonela Gallardo, la abogada del chisme

Leonela Gallardo es abogada y estuvo en un programa digital de chismes del que salió más rápido de lo que entró. Hubo cosas que dice no iban con ella

Leonela Gallardo, la abogada de profesión, fue debut y despedida en Calientitos, salió del programa en tiempo récord. ¡Solo un mes aguantó! ¿La razón? Asegura que ya no estaba a gusto, ya que mientras sus compañeras panelistas podían dar entrevistas, a ella se le prohibía y, para colmo, ¡no recibía ni un centavo!

El personaje de La Indomable, que le impusieron, la dejaba mal parada y las tensiones con Aura Arce eran evidentes.

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Leonela confiesa: “El personaje era un poco desatinado, pero es lo que vende. Me restaba un poco, pero la gente lo consume, no entré como abogada. Me voy agradecida por la oportunidad”.

Mejor lejos

Gallardo, de 27 años, casada desde hace uno, admite que hubo cosas buenas y en poco tiempo logró su objetivo, que es ser reconocida, principalmente por las mujeres con quienes trata más en su profesión.

Por dos ocasiones estuvo en ese ciclo de farándula, pero reconoce que cuando las cosas van en contra de sus principios y valores, mejor es decir adiós. Eso sí, precisa que la lealtad la dio hasta el último momento.

“Tengo gente conocida en el medio de la que me niego rotundamente a hablar mal porque sí. No va conmigo, uno de ellos es Mauricio Altamirano que fue mi mentor y por ocho años fuimos amigos, después solo se alejó”.

En pantalla era notoria la tensión con Aura Arce por lo que decidió cortar por lo sano. “No es que huya, pero trato de evitar problemas por mi profesión, mi familia y mi credibilidad”.

Asesoría a muchos

Estar en un programa de farándula indica que le sirvió para darse cuenta que en el medio hace falta un buen asesoramiento en leyes, el que está dispuesta a darlo gratuitamente.

“Asesoraría a Carolina Jaume, sería ideal para que no la siga embarrando, porque está perdiendo mucha credibilidad. Considero que es una mujer valiosa, que tiene mucha carrera y potencial”.

Pero no sería la única. “Quienes están delante de este tipo de espacios creen que la denuncia y la demanda son la misma cosa, pero son procesos diferentes. Dan nombres y apellidos por eso los demandan”, declara.

En lo personal

Leonela es hija de crianza de Eduardo Grey, el papá de Samantha Grey, hija mayor de la fallecida Sharon.

“Me crió desde los dos añitos, para mí es mi papá, es mi todo. Él siente que soy su hija de sangre”.

Recién en el 2022 admite que conoció a su verdadero padre. “Pretendía que lo llame papá y le dejé claro que tengo a mi papá Eduardo y a mi abuelito, ellos son mi verdaderos padres”.

De Grey confiesa que la guió para que sea abogada y hasta le enseñó a cantar, además que le inculcó valores y principios.

“Con Samantha hemos topado el tema que cuando hablan mal de él no lo defiende, porque siento que eso haría un hijo”.

Le molestó ver como en la novela de la vida de Sharon lo dejaron mal parado y piensa que dañaron su imagen. Lamenta que en ese tiempo no era conocida y no tenía cámara para emitir su molestia.

De su relación con Samantha dice que “no es de las mejores hermanas porque ella tiene su vida y yo la mía, pero no hay enemistad, el respeto está, ella va a la casa y a veces salimos a comer con mi papá”.

 Cachuelo en el canto

Leonela tiene otras facetas en su vida poco conocidas, como su paso por el canto y sus estudios de fotografía. Fue parte de Las Soneras, un grupo que tuvo Jasú Montero.

“A veces cachueleo en el canto cuando me contratan personas conocidas, pero la profesión de abogada me absorbe mucho. Además soy comunity manager de una empresa de calzado, realizo toda la línea gráfica y el contenido para redes”.

Y aunque tiene suficientes herramientas para seguir en su vida, le agarró el gusto a la pantalla y no esconde que le gustaría volver.

“Ya no con un personaje inventado, con una imagen diferente a lo que soy yo, sino como soy realmente. Tengo todas las ganas de comerme el mundo”, concluye.

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