Le molesta la forma fácil de hacer comedia. Juan Carlos Román saca sonrisas de manera sutil, sin llegar a las malas palabras ni al uso de personajes amanerados, que se suelen confundir como graciosos.

Con 41 años, el actor sorprende actualmente siendo parte del reality de baile ‘Soy el mejor’, aunque confiesa que bailar nunca ha sido su fuerte. Es más, ni siquiera le llama la atención, pero se atrevió por el afán de hacer cosas nuevas y por ayudar a una familia con muchas carencias.

No le gusta hablar de su vida y la guarda celosamente del ojo público. Está casado, no tiene hijos, pero confiesa que adora a su gato Paco.

¿Está en un reality de baile sin que le guste bailar?

No me gusta ni de manera social ni profesional. Me tocó obligado aprender un poco cuando estudié en Televisa, en México. Por ahí, tengo algo de soltura, pero nada más.

¿Por qué su participación en ‘Soy el mejor’?

Salir de la zona de confort y arriesgarme a hacer algo diferente. Demostrarme que puedo y por el caso social en el que se involucran los participantes. Por ese lado, creo que es súper importante atreverse.

¿Cree que está dando la talla?

(Risas) No creo, porque no soy bailarín. Es más, como si estuviera interpretando un personaje que vive un estilo de baile diferente a cada momento. Trato de dar lo mejor. Termino agotado física y mentalmente, porque me puedo aprender los guiones rápido, pero los pasos de baile me resultan muy difíciles.

¿Qué hay de la actuación?

Sigo haciendo contenido en las redes sociales, sobre todo comedia que es parte mía. Ya terminó ‘Casi 40 tonas’, que fue un producto diferente porque era dramático. Estoy ultimando detalles de un nuevo proyecto, pero todavía no puedo decir mucho, y también se vienen algunas cosas en teatro.

¿Cómo fue interpretar en ‘Casi 40 tonas’ a Andrés Domínguez, partiendo de la sexualidad del personaje?

Fue maravilloso. No es un cliché ni un personaje típico al que tratan de sacarle el amaneramiento para hacerlo gracioso. Fue todo un reto y se dio la talla que el personaje requería.

‘Amaneramiento’ y ‘gracioso’ es lo que se acostumbra a ver por acá...

Es lo que se ha estado acostumbrado a dar y nosotros a recibir. A muchas personas les parece gracioso el amaneramiento y, para mí, es la forma más fácil de hacer comedia, es como decir una mala palabra. Hacer comedia sin caer en lo burdo es difícil.

¿Cómo debe ser la comedia?

Hay comedia que se puede hacer muy light, es lo que manejo en mis redes, jamás trato de hacer algo exagerado o meterme con alguna orientación sexual, que pueda afectar a alguien. En ‘Casi 40 tonas’ recibí muchos elogios y eso para mí es el mejor agradecimiento.

Sus seguidores en las redes sociales siguen creciendo...

En Instagram voy por los 172 mil seguidores, pero no me importa tener 500 mil o llegar al millón, lo que necesito es gente que le agrade lo que hago. Además, me gusta leer los comentarios y responder, estar en contacto con las personas.

¿Por qué no se sabe más de su vida personal?

Porque no me interesa mucho decirlo. Siempre he tratado de mantenerla en reserva por respeto a mi familia y a mí. Siempre hay mucho más de qué hablar de la parte profesional, más que de la personal.

¿Pero algo debe haber?

Todo va muy bien, tengo una esposa maravillosa que me apoya en lo que hago y yo a ella. No tengo hijos, pero tengo un gato precioso que adoro.

¿Cómo se llama el gato?

Paco y es muy hermoso. Lo adopté cuando tenía siete meses y nadie lo quería porque tiene un problema de salud que es calicivirus felino. La enfermedad es muy contagiosa y necesita muchos cuidados. Amo los gatos, los veo en la calle y me los quiero llevar a casa.