"Querida Silvana: Nunca, jamás, pero ni en idea pasajera, pienses que lo que te está pasando es un castigo de vida porque algo hiciste mal. Después de haber pasado lo mismo que tú, con todo lo que eso conlleva, con todo el dolor, temor y frustración e impacto que genera en tu vida, creas que es una deuda pendiente porque el Padre Misericordioso nunca te cobra. Te puedo asegurar que es una prueba. Dios no escoge a los más débiles. Recuerda que nosotros somo su plan, su plan divino, para el que todo tiene un objetivo lleno de amor. Es claro que te necesita como testimonio de su amor y de su poder. Así que, entiende que él tiene contigo un plan divino. Te escogió y nunca te abandonará en el camino. Su plan conmigo fue llevarme al fondo para entender lo que nuestros hermanos con cáncer sienten, para sumarme a su lucha por ayudarlos. Agarra tu dolor y sigue, con la certeza de que hay, al final, un proyecto de vida. Y Él, te lo juro, te está preparando para que seas una más de las generalas de su misericordia. Verás que después lo recordarás y bendecirás lo que te ha pasado. ¡Ánimo! Tú ganas porque el que te lleva en sus brazos es el rey de reyes".

"No nos podemos dar el lujo de entristecernos porque eso carcome a nuestro círculo familiar íntimo. En algún momento del proceso te das cuenta de que hay mucha gente que está detrás de ti, que está pendiente, que sufre, que llora por lo que te está pasando. A mi nunca me contaron el dolor reprimido de mi familia, de mis hermanas, de mis sobrinos -se contenían- pero entendí lo que estaban pasando porque cuando nos despedíamos, había lágrimas y una mirada de desesperanza que transmitía todo lo que había en sus corazones. Y eso me dolía más que los mismos efectos de la quimioterapia. Pase lo que pase, no quería ser yo el que les ocasiones el dolor y la pena de sus vidas y quería sobre todo, en mis sobrinos, dejarles claro, con el ejemplo, que hay que luchar hasta el último. Que todos los días es una nueva oportunidad y que en el amor de Dios todo es posible. Entonces me ensimismaba y trataba o disimulaba que no me pasaba nada. Así podía hasta dormir mejor. Cada visita era un reto porque se vayan felices, y así, todos los días era nuevo para la lucha".