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Tatuajes de futbolistas: Entre Dios y las copas ganadas
Moisés Coa es un artista venezolano que hace realidad los deseos de los jugadores, van desde lo religioso hasta los logros en la cancha
Moisés Coa no es futbolista, pero tiene la misma precisión que el Niño Moi Caicedo para recuperar balones en la Liga Premier de Inglaterra. Él interpreta y plasma sobre la piel de los jugadores, sus clientes, los deseos y pedidos más complicados. Es tatuador.
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“Lo que vengo haciendo tiene mucho que ver con Dios y el fútbol. Sé que es raro, pero es el gusto de los jugadores”, cuenta Moisés, un venezolano que reside en Quito.
Explica que hay tatuajes que pueden ocupar todo el brazo, pero los que ha hecho son detalles que van en zonas que pocos aprecian; es como para decir ‘gracias’ de parte de los jugadores.
Entre la religión y el fútbol
Uno de los casos que más destaca es el de Jhojan Julio, campeón con Liga de Quito de la LigaPro y la Copa Sudamericana 2023. “Puedo decir que son muy creyentes en Dios y es una manera de llevar sus logros en la piel, para recordarlos todos los días, pero con Julio pasó algo muy distinto, se tatuó las fechas cuando fue campeón y en el brazo un Jesucristo gigante; ojo, pero no se le ve cuando está en la cancha debido a que él juega con manga larga”, expresa.
Lo espiritual o de Dios es muy aterrizado a los tatuajes. Coa comenta que algo similar le pasó con el goleador Miguel Parrales, quien se hizo algunos grabados pequeños, pero el que más resalta es un versículo de la Biblia en una de sus muñecas que dice: “Para Dios nada es imposible”, que está en Lucas 1:3, el cual besa cuando entra a la cancha o hace un gol; además, tiene otro con el número 16, que fue la cantidad de conquistas que hizo en 2023.
Otro futbolista albo que ha inmortalizado sus mayores triunfos es Leonel Quiñónez, quien le pidió a Moisés que le tatuara las dos copas que ganó con la U en 2023.
Mucho destacan su fe y los logros
Los jugadores tienen cosas especiales, como el caso del defensa de Aucas, Patricio Pizarro, quien le solicitó que le grabara en el cuello el apodo de su padre fallecido, Polaco.
“Ahora la moda de los jugadores es tratar de mostrar un tatuaje minimalista (pequeño) que cuente una historia”, explica el venezolano.
Cuando comenzaron a hacerse los tatuajes, los futbolistas se dibujaban cualquier cosa, pero ahora lo hacen llevados por el sentimiento. Y lo que ven en los jugadores, lo ‘copian’ los hinchas. Esto sucedió con Facundo Martínez de Católica, quien se tatuó el ‘10’ en una pierna y algunos aficionados también lo han solicitado.
Lo mismo ocurrió con el delantero argentino Mauro Díaz, también de Católica, quien se hizo un mate (recipiente en el que se bebe la infusión del mismo nombre).
Los jugadores ahora no se quedan con los logros y agradecimientos en las paredes de sus casas, lo llevan en la piel.
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