Marlon Ayoví fue un jugador de la selección por varios años y estuvo en dos mundiales. De poco hablar. Hasta fue el segundo capitán. Hace tres meses le hicieron una operación en su corazón y unas semanas después regresó a un proyecto deportivo en su querido Durán.

Es el principal del Banife FC, un equipo de Segunda Categoría de la provincia del Guayas.

La entrevista con EXTRA estaba pactada desde inicios de año, pero cuando se la iba a realizar salió el problema de su corazón que lo llevó a una operación riesgosa. Luego su voz no se escuchaba, estaba muy bajita. Tuvimos que esperar para que Marlon se recupere.

Ayoví, de 49 años, es un verdadero Google para hablar de fútbol y en especial de su Tricolor. Fue volante, el 5. Era el encargado de dañar el juego del contrario. Su mejor etapa deportiva la hizo en el D. Quito y luego pasó a Barcelona.

Su fútbol lo paseó en los mundiales de Japón y Corea 2002 y Alemania 2006. El exjugador de Barcelona y D. Quito habla de su operación al ‘wacho’ que duró 6 horas, de su etapa como futbolista y su vida en la Tri. Ahora es dirigente de un equipo de Segunda Categoría.

Usted se jugó el ‘partido de la vida’... y no fue en una cancha.

Tenía un problema en el corazón por muchos años. Siempre lo tuve, pero no me atrevía a realizarme algo a profundidad.

¿Mucho tiempo?

La realidad es que tenía una arteria coronaria obstruida. Hacía mi vida normal, pero era el momento de operarme y lo hice a tiempo. Me hicieron un estudio profundo y después... al quirófano. Fue una cirugía exitosa que duró seis horas, pero gracias a Dios sigo con todas las ganas de trabajar por los niños y jóvenes.

Ahora sigo una etapa de recuperación hasta llegar a mi estado ideal; creo que el próximo año vuelvo a jugar, pero ahora tengo que cuidarme en todo.

¿Hay Marlon para rato?

¡Gracias a Dios! La idea es seguir haciendo todo lo que me ha gustado y en especial darle a la niñez y juventud lo que me dio la selección a mí.

Los problemas del corazón se dan mucho en personas que han sido deportistas.

Muchos creen que porque uno es deportista todo por dentro está bien. Pero mejor es realizarse un chequeo a tiempo y evitar cualquier lamentación.

Un problema del corazón, con alguien que fue ‘el corazón’ de la Tricolor.

(Risas)El mediocampo, que era mi puesto, un cinco o doble cinco como dicen, en realidad es el corazón de un equipo.

¿Se anima a jugar?

Claro que me dan ganas, pero debo recuperarme bien de esta intervención quirúrgica. Quiero mover la pelota, pero es hora de darle la oportunidad a todos los chicos que quieren salir. Así como me dieron a mí el chance de jugar, ahora hay que dárselo a los que vienen. Pero nadie quita que me lance un partidito. Voy a prepararme para estar aunque sea un minuto.

Le digo Tricolor ¿y qué se le viene a la cabeza?

Muchos recuerdos de haber estado en esa gran familia que se llama selección. Se me eriza la piel, créelo, es uno de los mejores regalos que Dios me ha dado. Vestirla fue un lujo, pero cuando dejé de ser seleccionado me dio una tristeza inmensa.

Fueron 11 años de estar en la selección. Y ser el segundo capitán fue un sueño.

Dos mundiales, Marlon. ¡De lujo!

Eso fue lo mejor, estar en Corea y Japón era la primera gran cita histórica. Eso no tiene precio, estar en una cancha mundialista. luego el de Alemania 2006. Pasan los años y uno valora más lo que vivió.

¿Qué tal es estar con los mejores?

A veces ni creo que estuve en dos mundiales. Pero ahora uno se da cuenta hasta dónde se llegó: a estar con los mejores jugadores del mundo. Pero eso se dio gracias a que me gané la confianza de los entrenadores Bolillo Gómez y Luis Fernando Suárez.

¿Ganarse la confianza del DT?

Sí, eso es lo primordial, pero te la ganas con lo que proyectas, con lo que das en los clubes y luego en los partidos de eliminatorias. Eso se da con entrenamientos. Jugar un mundial es el mejor premio.

De pequeño soñó con ser solo un jugador, ¿pensaba en los mundiales?

De chico, como Ecuador no había ido nunca a un mundial, no sabía qué significaba esto, pero cuando comencé a jugar, la idea de ser parte de una selección me dominaba, anhelaba estar. Luego se dio. Recuerdo que ya grande veía los mundiales y anhelaba estar en uno. Decía que algún día quería ser como los jugadores que veía en la televisión.

De los momentos de la Tricolor, ¿qué recuerdo le causa risa?

Una vez estaba concentrado con Christian Lara en Miami y preguntó con quién le tocaba estar en la habitación. Al saber que íbamos al mismo cuarto decía: “ahora me toca estar con ese flaco cargosísimo”. Todo era familiaridad.

¿Y lo más triste?

Cuando salió el profe Bolillo Gómez, eso me dolió mucho. Fue quien nos llevó a nuestro primer mundial.

¿De los jugadores de ahora con quién se identifica en su puesto?

Ahora son jugadores modernos. Tenía muchas funciones, era muy disciplinado y me gustaba apoyar al compañero. Ahora me agradan varios, Carlos Gruezo, por ejemplo, cuando está con todas las luces.

Ecuador lleva 7 partidos sin ganar.

Son baches que pasan en el fútbol. Lo bueno es que han sido al comienzo de las eliminatorias, pero la Tri tiene buenos jugadores, unos con experiencia y otros que vienen saliendo, este mal momento pasará. Hay que tener fe en este grupo que arrancó bien en las eliminatorias, seguro se volverá a mantener en alto. Son cosas del fútbol que siempre pasan, pero lo bueno es que tenemos calidad de jugadores.

Ahora lo vemos en la dirigencia deportiva, ¿cómo se dio eso?

Siempre me ha gustado estar en la dirigencia. Fui concejal de Durán y ahora estamos con un proyecto con el respaldo de Dalton Narváez, Jipson Contreras, Raúl Valverde. Tenemos un equipo en Segunda Categoría y un elenco en Asoguayas, trabajamos en las categorías menores.

Soy gerente deportivo, pero me gusta estar en la cancha. Quiero volver a jugar.