En Socio Vivienda 2 también hay historias de superación y ‘héroes’ deportivos. Ese plan habitacional, que estuvo intervenido por la policía y militares hace pocos meses, debido al alto índice de violencia, es la cuna Jorge Quiñónez, el campeón nacional de atletismo de los 100 metros planos del deporte adaptado.

Pese a tener una discapacidad del 65 por ciento -tiene dificultad en su pierna derecha para caminar-, Jorge, de 16 años, decidió correr hacia la gloria en los últimos Juegos Nacionales del Deporte adaptado que se desarrolló en Guayaquil, en noviembre pasado.

Cuando no está entrenando, Jorgito se dedica a reciclar botellas de plástico vacías, para obtener dinero para los pasajes del bus que lo traslada hasta la pista atlética de la Federación Deportiva del Guayas (Fedeguayas), en el centro porteño, para cumplir con sus entrenamientos.

Los que sacan la cara por el deporte en Socio Vivienda 2 son fáciles de localizar...

“El pelado Jorgito vive por allá… anda con dos medallotas gigantes en el pecho. Apoyen a ese pelado, para que vea que aquí hay full gente positiva”, dice al equipo de EXTRA un joven de 20 años.

Jorgito estaba en una cancha sintética, la que hasta inicios de este año fue su segunda casa. Resulta que el sueño de su vida era convertirse en futbolista, quería ser arquero o delantero, pero la discapacidad en su pierna derecha se lo impedía.

“Jorgito entrenaba fuerte, aquí lo teníamos como jugador, tenía buenos reflejos para el arco, pero como delantero no tenía mucha fortuna”, explica Carlos Macías, exjugador de Barcelona, que desde hace algunos años enseña los secretos del balón a los chicos de Socio Vivienda.

SU ORGULLO

“Gracias por venir, acá nadie me ha venido a buscar para entrevistas”, expresa con sorpresa Jorgito, quien es estudiante de noveno de educación básica de la Unidad Educativa Pedro Vicente Maldonado, del mismo sector.

“Yo quería ser jugador de fútbol, ese era mi sueño. Cuando han venido jugadores hasta aquí yo les decía que iba a ser como uno de ellos, pero creo que no iba a dar, hasta que en este año me dijeron que por tener buen estado físico podía ser un gran atleta y ahora tengo estas cuatro medallas de oro”, menciona orgulloso el campeón.

Ganó dos medallas en un torneo de deporte adaptado que realizó Fedeguayas (en agosto de este año), es el número 1 en Ecuador (dos preseas de oro en los Juegos Nacionales) y según los expertos en atletismo, su meta no tienen techo, sus registros (17 segundos en los 100 metros) le permiten ubicarse entre los primeros cinco corredores del mundo. Su principal virtud es la velocidad.

AL CENTRO DE GUAYAQUIL

A los 16 años le bajó la intensidad del fútbol, ahora entrena atletismo con el profesor cubano Bernardo Valdés, de 14:00 a 19:00, en Fedeguayas.

Hay una hora de distancia entre Socio Vivienda 2 y la pista de entrenamiento, el costo para los pasajes no es problema, cuando puede se dedica a recoger las botellas vacías con su abuelita Dilia Bolaños, ahora hay gente que se las guarda, y él no se hace problema, cuando llega a las prácticas, también se dedica a recogerlas, dice que sus amigos ya se las tienen guardadas. Pero también su profesor y amigos le dan la mano.

“Mientras Dios me dé vida, no hay problema de nada, me las buscaré como sea, recogiendo botellas, pidiendo apoyo. Hay gente que me conoce mucho y me da la mano. El profesor Valdés es buena gente”, expresa Jorgito.

“Jorgito pudo ser jugador del Astillero, venía entrenando, pero ser un campeón de atletismo es un regalo de Dios y un ejemplo de superación”, indica Héctor Pesántez, de la Academia Astillero, quien le entregó una canasta navideña al atleta.

Alicia Quijije es la rectora de la Unidad Educativa Pedro Vicente Maldonado, donde recibe clases el campeón de atletismo: “Jorge es la motivación de esta comunidad tan vulnerable que lo siente como un orgullo”.

COLOMBIA

Jorgito sueña en grande. Ahora fija su objetivo en las próximas Olimpiadas Especiales que se desarrollarán en Colombia, en 2023.

“Primero Dios, eso es lo primero, pero hay días que no puedo dormir de solo pensar en las Olimpiadas en Colombia, será mi primer viaje internacional y quiero darle medallas a mi país. Es lindo ganar y que la gente te aplauda. Sueño estar en Colombia”, dice emocionado.

Quiere que las medallas le tapen el cuello y que sean de oro, con las que sacará de la pobreza a su amada abuela.

De ganar en este evento, Jorgito podría entrar en una clasificación, que le permitiría obtener una beca del Comité Paralímpico Ecuatoriano, con el apoyo del Comité Olímpico o de alguna institución que lo apoye.

SIN PAPÁ

Antes de cumplir dos años, Jorgito perdió a su padre. Su madre no vive con él. Actualmente, reside con su abuelita y Javier, su tío. Son siete hermanos.

Pero no solo se enfoca en los triunfos deportivos, anhela llegar a la Universidad, donde quiere graduarse de profesor para ayudar a muchos chicos que atraviesan dificultades y limitaciones como las que él enfrenta a diario.

“Quiero dar clases, pero menos de matemáticas, es la única materia que no me gusta”, expresa entre risas.

Jorgito sigue su camino por las calles desoladas de Socio Vivienda 2, tratando de encontrar botellas de plástico en un sector de Guayaquil, donde eligió el deporte para alcanzar la gloria.