Son como Romario y Bebeto, Messi y Neymar, Benzema y Vinícius. Uno arma las jugadas y el otro mete los goles. Leonel Cevallos y Abraham Rosero se conocieron hace unos tres años en el equipo Búhos de Guayaquil, pero parece que llevaran toda una vida jugando juntos.

La temporada pasada, las gambetas y tantos de estos ‘pelados’ se hicieron virales en las redes sociales y llegaron hasta Medio Oriente, específicamente Al-Ain de Emiratos Árabes.

Los directivos de dicho club querían ver de cerca a la dupla guayaquileña (ambos de 12 años), por lo que fueron invitados a unas pasantías que se dieron desde el 26 de febrero. Allá dejaron como ‘locos’ a los jeques.

“Un día después de haber llegado nos tocó jugar un partido ante un equipo local. De entrada a mí me dieron la 10 y a Abraham la camiseta 9. Ya sabían en qué posición jugábamos... Ese partido lo ganamos 4-1 y los dos pudimos marcar”, contó Leonel.

Lo más complicado del viaje, a más del cambio de horario, fue el idioma, aunque eso no era problema cuando entraban a la cancha. “En los entrenamientos había un traductor, pero cuando se daban los partidos no entendíamos mucho lo que pedía el técnico (risas). Con Abraham ya sabíamos lo que teníamos qué hacer, así que no tuvimos problemas”.

La Pepona, como conocen a Leonel, quien jugará esta temporada en la sub-13 de Emelec, afirmó que su objetivo es debutar a nivel profesional, cuando cumpla 15 años. “Quiero hacer lo que hizo Kendry Páez (debutó este año con 15 en Independiente del Valle) y ser el nuevo 10 de la selección”.

LOS GOLEADORES

Abraham, quien mide 1,40 metros, aseguró que no tuvo problemas para fajarse con defensores que los superaban en estatura. “Allá el fútbol no es tan fuerte como en Ecuador. Nos tocó jugar contra las filiales del Manchester City, Mallorca y Milan, ellos tenían unos ‘gigantes’ en la defensa, pero como soy chiquito y rápido ni sabían por dónde les aparecía (risas)”.

El Messi de la Ladrillera, como conocen al atacante de 12 años, reconoció que este año ha recibido varias propuestas para jugar en dos clubes importantes de Quito. “Ahora con Leonel seremos rivales (risas). Nos tocará enfrentarnos en el torneo nacional, pero espero volver a jugar con él en alguna selección nacional”. 

Su anhelo también es llegar a jugar profesionalmente para comprarle una casa a su familia. “Mi sueño es jugar en Europa y poder ayudar a mis padres y hermanos”.