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Juan Cazares permanece en Turquía, a la espera de definir si regresa al país tras la suspensión de la liga en Ucrania.CORTESÍA

El fútbol huye de la guerra

El tricolor Juan Cazares, del Metalist ucraniano, se salvó del bombardeo al estar haciendo la pretemporada con su club en Turquía.

La incursión militar de Rusia provocó que la liga de fútbol de Ucrania suspenda la competencia, que iba a reanudarse el viernes 25 de febrero después de la paralización invernal. En este torneo iba a debutar Juan Cazares, quien llegó como refuerzo al Metalist y que se salvó de vivir el bombardeo ruso al estar con su equipo terminando la pretemporada en Turquía.

El volante ecuatoriano compartió en su cuenta de Instagram un comunicado de su compañero brasileño Matheus Peixoto, en el que confirmaba que no estaban en Ucrania. También mencionó que el jueves 24 de febrero tenían previsto regresar a la ciudad de Kharkiv, pero los vuelos fueron cancelados por el conflicto bélico.

Los futbolistas sudamericanos que estuvieron en territorio ucraniano durante la ofensiva rusa buscaban un lugar seguro o la forma de salir del país. Los jugadores brasileños que militan en el Dinamo Kiev y el Shakhtar Donetsk han pedido públicamente, junto a sus familias, ayuda para salir de Ucrania.

“La situación es muy grave para todos nuestros amigos y familiares. Estamos atrapados en Kiev y esperando una solución. Estamos dentro de un hotel. Recen por nosotros”, publicó Junior Moraes, jugador del Shakhtar.

Los brasileños que juegan en Ucrania, junto a sus familias en un hotel.CORTESÍA

Por su parte el argentino Francisco Di Franco, que milita en el SC Dnipro, detalló que “hubo bombas que cayeron cerca de la ciudad en Dnipro a las cinco de la mañana, quedé muy asustado. No sé si atacaron la ciudad, pero la explosión se escuchó. La vi desde mi ventana, el edificio tembló”.

Agregó que del club le llamaron a que acuda a la sede, pero tras otra explosión decidió junto a todos los jugadores extranjeros resguardarse en un hotel cercano. “La frontera más cercana que tenemos con Polonia está como a 12 horas y se hace difícil llegar. En Ucrania estoy desde hace cuatro años, mi mujer está por suerte en Argentina y estoy solo acá”, señaló Di Franco.

Su compatriota Claudio Spinelli, del Oleksandria, en cambio tomó parte de sus pertenencias y logró subirse a un bus con dirección a la frontera con Polonia. 

Su padre declaró: “Estoy desde las dos de la mañana hablando con él. Es desesperante la situación. Hasta ayer (miércoles) estaba amargado porque por ahí se suspendía la liga, pero nadie pensaba en la reacción de este demente que decidió atacar el país. Es una pesadilla esto”.