La liga barrial San Bartolo, en el sur de la capital, festejó sus 56 años de creación y tuvo como invitados de lujo a glorias de El Nacional. Entre los jugadores que defendieron la camiseta de los puros criollos resaltaba Fabián Paz y Miño, quien en su juventud jugó en esa cancha de tierra como parte del equipo Anglo.

El Flaco estuvo feliz de regresar a ‘casa’ y de volver a vestirse de corto en un escenario muy especial para él y su familia.

“Muy contento de volver, cerca de 50 años después, a la cancha donde di mis primeros pasos. A los 14 años fui parte del club Anglo, que fue fundado por mi padre, y estuve hasta los 17 años, cuando ya tuve la oportunidad de debutar en la primera de El Nacional”, recordó.

Cerca de cumplir 70 años, el exgoleador destacó que se siente contento de poder seguir practicando el deporte que ama, como parte del equipo master de los puros criollos.

Confesó que “pensé que no iba a regresar a mis raíces, al barrio donde me crié y viví por 25 años. Compartí equipo con mis hermanos Julio y Francisco, y enfrenté a grandes jugadores como Carlos Torres Garcés y Washington Guevara”.

Otro de los exfutbolistas que regresó al barrio fue Luis Mosquera. El Chifle rememoró los partidos que disputó en esa cancha y agradeció por las muestras de cariño de quienes ahora forman parte de la liga.

LA FIESTA

Paz y Miño y Mosquera recibieron placas como agradecimiento de la participación de las glorias del Bitri en las celebraciones de la organización barrial.

Franklin Toapanta, presidente de la liga San Bartolo, resaltó que “Fabián Paz y Miño y el Chifle Mosquera se forjaron en nuestra liga. Fue una gran alegría que nos acompañen en la celebración por los 56 años”.

El directivo detalló que el papá de Paz y Miño fue de los fundadores de la liga y que el Flaco brilló con el equipo Anglo, uno de los primeros clubes que tuvo el barrio.

Toapanta resaltó que entre los retos de la organización que dirige se encuentra incrementar el número de equipos, que actualmente son 32, ya que por la pandemia varios clubes quedaron debilitados en la parte económica y en algunos casos hasta perdieron jugadores, por lo que no pudieron regresaron a las canchas.