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Daniel Pintado: “Abrazar a mis hijos es el mejor premio"
El campeón olímpico contó que con su equipo de trabajo tenían claro que ganaría el oro. Está feliz de poder compartir este logro con su familia
Daniel Pintado todavía no asimila los cambios que están llegando a su vida tras ganar la medalla de oro en los 20 kilómetros marcha, y la de plata junto a Glenda Morejón, en la maratón mixta. Con la tranquilidad que lo caracteriza dialogó con EXTRA sobre la felicidad de cumplir su gran sueño y de poder compartirlo con la familia, que ha sido clave a lo largo de su carrera en la marcha.
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¿Cómo estás viviendo esta conquista histórica para el deporte ecuatoriano?
Realmente estoy viviendo un sueño, el sueño de mi vida. Algo que antes de la competencia en París sentía que se podía materializar por todo el trabajo realizado. Al principio creo que solo mi equipo de trabajo y yo confiábamos que íbamos a alcanzar la medalla. Eso al final fue importante, porque no había presión de más para trabajar duro, hacer las cosas bien. Valoro la presencia de mi familia porque siempre que salía de viaje, que salía de concentrado o a competir, sabía que tenía que hacerlo bien por ellos, quienes siempre me apoyan y de los que me toca estar lejos por mi carrera. Sabía que tenía que hacer que valga la pena, y al final fue así con la medalla de oro.
¿Empezaste a sentir los cambios que llegarán en tu vida tras ser campeón olímpico?
Sinceramente ha cambiado un montón mi vida. Sentir el reconocimiento de la gente, que se siente orgullosa y aparte esto es especial porque esta medalla no es de Daniel Pintado, sino de todo el país. Me gusta que la gente disfrute, esté orgullosa, que tenga estas alegrías por el deporte en medio de tantos problemas que hay en el país, con tantas dificultades que tenemos siempre.
¿Has sido parte de varios reconocimientos, pero debes estar contando las horas por llegar a casa y festejar con la familia?
En el recibimiento en Cuenca estuve con mis hijos y con mi mami, comimos un poquito. Después pude descansar un poco y seguir con los eventos, a algunos me pudieron acompañar mis hijos, el que estén conmigo me hace sentir muy tranquilo. Después ya podré celebrar en la intimidad con la familia con un caldo de gallina, con comida típica como nos gusta en la casa.
Nico y Montse son tu fortaleza y como en anteriores ocasiones, con sus dibujos presagiaron tu triunfo. ¿Qué les dijiste al volver a verlos?
No es tanto las palabras sino el sentimiento, porque verle al Nico que viene corriendo, me abraza, y que la Montse se emociona al ver a su papá, era el momento que estaba esperando desde que me fui de casa a Portugal a hacer el concentrado, esto era lo que estaba esperando. Teníamos una foto cuando salí de Cuenca para irme al concentrado, en donde estoy con Montse y Nico, y ahí me dije que la próxima foto sería con las medallas. Al regresar al país hice el pedido que previo a todo el recibimiento, que mis hijos sean los primeros que me vengan a recibir. Nos abrazamos, disfrutamos el volvernos a ver y nos tomamos la foto con las medallas.
¿También fue muy simbólico el poder compartir con tus padres?
Poderle entregar la medalla de oro a mi mami, colocarla en su cuello, que era un sueño que tenía desde hace mucho tiempo, fue un momento emotivo. Y además las cosas pasan por algo, porque también estaba mi papá, con sus canitas blancas, y también un premio para él con la medalla de plata. Le dije: como hay una mamá, también hay un papá, gracias por todo su apoyo. Todo eso fue muy bonito, y después en la caravana, y ver a toda mi familia, mis amigos de la infancia, mi entrenador con su hijo y su esposa, fue increíble.
Fue como que siempre lo quise vivir, siempre quise ser grato con las personas que estuvieron ahí desde el inicio de mi carrera. Hasta nos inventamos una barra en ese momento: Daniel Pintado ya eres legendario, gritamos emocionados.
¿Cómo has rememorado desde tus primeros pasos hasta llegar a esta medalla olímpica?
Desde que empecé en la marcha siempre mi meta era ganar la medalla olímpica. Una prima me escribió después de ganar en París y me mandó unas fotos en las que era niño y ya soñaba con una medalla olímpica, en las que jugaba que era campeón olímpico. Al final no sabes qué puede pasar. El hecho de tener derrotas, que las tomo como aprendizaje, te hacen una persona sencilla que disfruta del deporte y gracias a Dios las cosas se me dieron. Pude ser campeón olímpico, ser el primer deportista que trajo dos medallas en una misma edición a casa. Mis amigos me dicen: ‘sí cachas lo que hiciste, si entiendes lo que hiciste’. Y es como que todavía no lo asimilo, solo disfruto.
Hubo varias quejas de deportistas por la falta de apoyo oportuno, pese a eso se consiguió una participación histórica. ¿Cuál fue la clave?
Nuestros adversarios nos decían que con todas las carencias que tienen los sudamericanos en general, es como que se hacen más fuertes. Somos unas personas luchadoras, fuertes, no nos damos por vencidos. Después de tantas derrotas nos levantamos hasta conseguir nuestros objetivos, lo que incluso nos hace sentir hasta una mayor satisfacción.
¿Qué falta para que en los próximos Juegos Olímpicos se tengan a más tricolores participando y se logre conseguir más medallas y diplomas?
El recurso siempre es limitado para los deportistas. No deberíamos estar nosotros solicitando el apoyo a tiempo, debería estar ahí siempre. Así podríamos planificar de mejor manera en qué lo vamos a utilizar. Hay muchas ocasiones en las que nosotros, o personalmente yo, he invertido del dinero que tengo de mi familia, de mis hijos, para mi futuro para mi preparación. El apoyo de la empresa privada ha sido súper importante porque nos ha ayudado a poder cumplir con concentrados o competencias, y tengo la fe que esto seguirá creciendo.
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