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Ella sabe muchos secretos.Extra

La columna de la ex: La rubia y el carro

Tarde o temprano salen a la luz las verdades.

Si me fue infiel o no... en realidad, solo Dios lo sabe. Pero de que lo acusaron que andaba con ‘la rubia’ fue la comidilla del barrio. Vivíamos al norte de Guayaquil y mi marido era el tipo más fiel del mundo.

Claro que había vecinas que me lo veían como si fuera el hombre más bello de todo el sector, pero en realidad no era lindo, solo que los jugadores tienen ese ‘no sé qué’ que atrae. ¡Ojo!, y a veces no es que tengan el sueldazo.

Pero a mí me dañaron la mente, me dijeron que andaba hecho el coqueto. Esa era la palabra que se usaba en el 2013, lo de coqueto ahora se entiende como “grillo”.

Aquel día me dijeron que mi Flaco andaba con otra; la verdad es que nunca tuve pruebas, nunca hubo fotos, nunca hubo nada de nada, pero estaba molesta. Le dije ‘hasta aquí llegamos’. Fue como un mes que él lo negaba todo; en realidad, yo no quería irme de su vida, hasta llegue a pensar que era cuestión de chisme de la gente. Incluso una amiga me dijo que mi Flaco no tenía nada con aquella rubia que decían.

Pero no se me ocurrió otra cosa que decirle: “Te perdono, pero me compras mi carro”. Créanlo, hasta ahora no entiendo, si me lo compró porque tenía culpa o porque me lo quería comprar hace tiempo.

Quince días después yo estaba sentada felizota en un Aveo plomo, vidrios polarizados y no creía en nadie. A decir verdad, me dio otro ataque de celos, porque creía que lo hacía para recibir perdón; ese día él lloró, me dijo que lo hacía por amor y que nunca me había sido infiel.

Con el pasar de los años, me volvió a decir que la tal “rubia” nunca existió. Yo aún tengo algo de dudas, ¡pero al final de todo me quedé con mi marido, con el carro y seguimos juntos!