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Adriano: La desgarradora carta que conmueve al mundo del fútbol
Adriano, conocido como El Emperador, escribió una extensa carta en la que menciona su gusto por el alcohol y la favela
Adriano Leite Ribeiro, conocido como El Emperador, fue uno de los futbolistas más influyentes del fútbol brasileño en las últimas décadas. Su ascenso a la fama fue meteórico, convirtiéndose rápidamente en una estrella de nivel mundial. Con su poderío físico y su impresionante capacidad goleadora, Adriano dejó una huella imborrable, especialmente durante su paso por Europa.
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Sin embargo, su carrera también estuvo marcada por una caída abrupta, que él mismo decidió iniciar. Un día, cansado de los lujos y las presiones del deporte profesional, eligió alejarse de todo y regresar a su lugar de origen, Vila Cruzeiro, en Río de Janeiro, donde encontró paz lejos de las exigencias de la vida futbolística.
A sus 42 años, Adriano vive en la favela que lo vio nacer, rodeado de rumores sobre su vida. Para poner fin a las especulaciones, el exgoleador compartió su historia personal en un emotivo relato publicado en The Players' Tribune, una publicación basada en su libro de memorias titulado "Adriano, meu medo maior", que saldrá a la venta próximamente.
Adriano es recordado como uno de los delanteros más temidos tanto en Brasil como a nivel internacional. Tras debutar en el Flamengo, su carrera despegó cuando, a los 19 años, fichó por el Inter de Milán, donde se ganó el apodo de El Emperador gracias a su imponente presencia en el campo.
Posteriormente, jugó en equipos como Fiorentina, Parma, Roma, y en su regreso a Brasil defendió las camisetas de San Pablo, Corinthians y Atlético Paranaense. Su última etapa profesional fue en el Miami United, donde se retiró en 2016.
Las calles jamás olvidan. pic.twitter.com/ZzoJpA4c6I https://t.co/0F8LdRd8D0
— Ataque Futbolero (@AtaqueFutbolero) November 12, 2024
En el ámbito internacional, Adriano fue pieza clave para la selección brasileña, con 27 goles en 48 partidos. Fue parte fundamental en la conquista de la Copa América 2004 y la Copa Confederaciones 2005, además de haber sido campeón mundial Sub 17, consolidándose como una de las grandes promesas de su generación.
Con su historia, Adriano sigue siendo un referente del fútbol brasileño y una figura que, a pesar de los altibajos de su carrera, continúa siendo un símbolo de la pasión y complejidad del fútbol.
La carta de Adriano
Sé lo que se siente ser una promesa, y también una promesa incumplida. Yo soy el mayor desperdicio del fútbol.
Me gusta esa palabra: ‘desperdicio’, porque estoy obsesionado con desperdiciar mi vida. Estoy bien así, en un desperdicio frenético, disfruto de ese estigma.
No tomo drogas, como intentan demostrar. No me gusta el crimen, aunque podría haberlo hecho. No voy a discotecas. Siempre voy al mismo lugar de mi barrio. Bebo cada dos días, sí. Y los otros días también. Bebo porque no es fácil ser una promesa que sigue en deuda.
Me llaman ‘Emperador’. Un tipo que dejó la favela para recibir el apodo de Emperador en Europa. ¿Cómo se explica? No lo entendí hasta hoy. Tal vez algunas cosas sí hice bien.
Una de las cosas que más me sorprendió cuando me mudé a Europa fue que las calles estaban en silencio. La gente no se saluda. Todos se mantienen separados. La primera Navidad que pasé en Milán fue dura para mí. El fin de año es una época muy importante para mi familia. Reunimos a todos.
Lo único que busco en Vila Cruzeiro es paz. Aquí camino descalzo y sin camiseta, sólo con pantalones cortos. Juego al dominó, me siento en la calle, recuerdo mi infancia, escucho música, bailo con mis amigos y duermo en el suelo. Sólo quiero estar en paz y recordar mi esencia.
Aquí me respetan verdaderamente, veo a mi padre en cada uno de estos callejones. Vila Cruzeiro no es el mejor lugar del mundo, es mi lugar”.
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