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Familia

El respeto de los espacios es clave para poder convivir saludablemente con los suegros.Pixabay

¿Se puede vivir con los suegros y salvarse en el intento?

Pregunta difícil, pero es posible si se establecen límites claros y se dialoga, pero… la independencia es vital en la pareja, ayuda a afianzar la relación

“El casado casa quiere”, es una frase popular que quizás has escuchado. Es un dicho lleno de sabiduría, el cual recomienda convivir con su pareja en su espacio, propio o rentado. En resumen… ni los míos ni los tuyos… ‘cuarto o casa aparte’ y cero ‘sapada’ o terceras personas.

Es fundamental ‘abrirse’ para que la relación se afiance. Esto servirá para que la pareja crezca y madure, manifiesta la psicóloga clínica, catedrática y terapeuta familiar Marcia Colmont.

Jorge Flores, psicólogo clínico, sostiene que la independencia es lo más saludable para la relación. “Esta les ayudará a crear y fortalecer vínculos más sostenibles y asimismo les permitirá tener libertad en las decisiones y los beneficiará en su equilibrio emocional”, indica el especialista en salud mental.

Es común que la pareja continúe en casa de sus padres o suegros por la ‘chirez’, que ahora es más común, en tiempos de pandemia, pues a algunas personas les ha tocado regresar al ‘nido’ (casa de soltero) del cual salió porque se quedó sin empleo, debido a la reducción de personal.

Flores afirma que permanecer en casa de los padres denota que la pareja nunca desarrolló destrezas ni proyectos de vida. De igual manera podrían tener el síndrome de Peter Pan, no quieren crecer, sigue creyendo que son niños.

Conformismo y más

  • Si se sigue en casa de los padres o de los suegros, la pareja no se esfuerza mucho por conseguir sus propias cosas, se vuelven conformistas y será complicado sacarlos de su zona de confort.
  • La crianza de los ‘pelados’ es otro relajo. Por lo general los abuelos son permisivos, consentidores y tienden a desautorizar a los padres, lo que puede generar problemas en las conductas de los muchachos, pues estos no saben a quién hacerle caso.
  • Si no se cuenta con espacio es probable que aparezcan problemas afectivos con tu pareja. Puede surgir la apatía, porque hay incomodidad ante la presencia de terceras personas, esto reduce el diálogo y por ende pueden darse ‘pitos’.

Juntos, pero no revueltos...

Pero si no tienes dónde más ir te toca fijar reglas de convivencia, desde el principio. Hazlo con respeto y convérsalo con tu pareja.

Asimismo expresa lo que piensas y sientes, pero que sea con educación y tino, sin lastimar u ofender a nadie.

Y por último y no menos importante: respeta los espacios privados, para que respeten los tuyos.