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Familia

Una cosa es ser colaborador y generoso, y otra que te quieran ver la 'careta'.Shutterstock

¡Socorro!, la familia de mi pareja me 'sangra'

Está bien que tengas detalles con tus nuevos parientes, pero pagarles todo, con el pasar del tiempo... ¡puede dejarte ‘chiro’ y no alcanzar las metas de tu propio hogar!

Está en su ‘caleta’ y llega la familia de su pareja. Los atiende bien ‘chévere’, pide comida a domicilio y quien paga es... ‘don gil’.

Los fines de semana asoman para ver qué plan hay: salida al cine, un viajecito, etcétera, que es costeado por el mismo individuo.

“Estaríamos ante un clan bastante cómodo, que se acostumbró a ese estilo de vida, en el que se aprovecha e incluso se puede manipular solapadamente, se usan halagos sobre la generosidad de la persona que paga todo”, sostiene la psicóloga clínica y orientadora familiar Gina Fabre. Hay que estar ‘pilas’ con los ‘remones’.

La especialista en salud mental indica que el sujeto por querer integrarse al grupo, puede caer en ese financiamiento de actividades. También lo puede hacer para evitarse ‘pitos’ con su conviviente.

“Existen personas que traen incorporadas costumbres de sana convivencia que se pueden confundir. Si bien, el nuevo integrante quiere dar su mejor impresión a los demás, debe ser consciente que una cosa es ser colaborador y otra verse en el rol de benefactor de esa familia”, manifiesta el psicólogo clínico Jorge Flores.

Consecuencias por pagar

Los parientes suelen desacreditar al ‘nuevo’ cuando este no puede o no accede a las demandas de esta modalidad familiar, dice Flores.

“Pueden llegar incluso a desestabilizar la relación, etiquetar con epítetos negativos al integrante. Y la familia de este entra en conflicto cuando percibe que su ser querido está siendo visto como el Rockefeller de la nueva familia”, señala el experto.

Asimismo, afirma que es un mal precedente para las generaciones de pequeños, porque aprenderán que a las personas se les da importancia si son ‘mano abierta’ con ellos, dejando por debajo el lado humano y sentimental.

En situaciones determinadas

¿Cubrir los gastos de los padres? De ambos y en ciertas ocasiones, hasta donde alcance la sábana, recomienda la orientadora familiar.

“Se los puede ayudar no necesariamente de manera financiera, sino cuidándolos, dedicándoles tiempo, etcétera”, asevera Fabre.

Su colega subraya que las calamidades domésticas están exentas y justificadas cuando se trata del bienestar físico y emocional de sus integrantes

EXTRATIPS 

Conversen entre ambos sobre el tema. Es necesario que tengan sus propias normas de convivencia y tenerlas bien claras. Se puede ayudar, pero que no sea una conducta constante y no a todititos.

Recuerden que ustedes tienen metas. Han formado un nuevo hogar y tienen objetivos comunes, como comprarse su propia casa, un carro, quieren inscribir a su hijo (en caso de tenerlo) en un curso extracurricular, usted quiere estudiar una maestría, etcétera, y van a requerir de ese billete.

No se endeuden por las puras. Es lo peor que puede pasar, que ‘don gil’ tarjetee para pagar los gastos de su nueva familia y que esta no sea consciente de que él tiene más egresos que ingresos, y aún así lo siga ‘sangrando’.

Piensen en el mañana. Puede ser que hoy tengan una buena posición económica, pero... ¿qué pasa si el dinero escasea a futuro y se presenta algo apremiante como una enfermedad o pérdida del trabajo?

“Ser generoso no es malo, pero cuando existe un desequilibrio en esa noble virtud, muchos se pueden aprovechar de la persona”.Gina Fabre, psicóloga clínica y orientadora familiar
Es importante que los límites los conversen, los determinen y apliquen desde la época del noviazgo.Pixabay
“Hay tipos de familia que solo aprecian al nuevo integrante por su rentabilidad económica y no por sus valores, aptitudes, etcétera”.Jorge Flores, psicólogo clínico