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Historias de Ultratumba
La mujer de la boca cortada
Cuenta la historia que hace muchos años una bellísima mujer contrajo matrimonio con un destacado y respetable samurái. Al parecer, la mujer era tan hermosa como promiscua, y es que además de contar con numerosos pretendientes que la seguían cortejando, a pesar de su matrimonio, ella misma sucumbía a los placeres de la carne con muchos de ellos.
Su marido, que al principio desconocía las prácticas extramatrimoniales de su joven esposa, se enteró un día de todos los episodios de adulterio que había cometido. Según cuenta la leyenda, el samurái entró en un estado de cólera increíble y se dirigió hacia su mujer cortándole la boca de lado a lado mientras le gritaba “¿Crees que eres hermosa?”. Una vez que terminó de rajar completamente la boca de la joven le dijo: “¿Quién pensará que eres hermosa ahora?”, la mujer con la boca cortada fue brutalmente asesinada, dejando a su marido con la eterna culpa de su muerte.
Se dice que a partir de ese momento la mujer regresó al mundo terrenal convertida en un ‘yokai’, un espíritu demoníaco que vaga por las calles de Tokio buscando venganza con todo aquel hombre al que se encontrara. La leyenda asegura que es posible encontrar a este espíritu deambulando en las oscuras y tenebrosas calles de la ciudad con una mascarilla quirúrgica en la boca.
Cuando el espíritu se cruza con algún joven simplemente se detiene frente a él y le pregunta “¿Soy hermosa?”. Si contestas que sí, la mujer se arrancará la máscara y te preguntará “¿Y ahora?”- en ese momento sus víctimas gritarán despavoridas y la mujer los asesinará cortándoles la cabeza, al interpretar en sus alaridos un claro no. Si la segunda respuesta es sí hará exactamente lo mismo, ya que el espíritu reaccionará realizando el mismo corte en su víctima para que experimente su dolor.
Como se puede ver es bastante difícil escapar de la ira de este espectro. Aunque es cierto que la leyenda cuenta que existen ciertas formas de evitar su venganza.
Si la persona asediada da una contestación lo suficientemente ambigua para que Kuchisake-onna se detenga a pensar en el significado de la respuesta, seguramente tendrá tiempo de escapar y correr lo suficiente como para huir de sus tijeras.
También se dice que si ante la primera pregunta la victima responde un educado “lo siento, tengo mucha prisa” el espectro la dejará marchar haciendo uso de los buenos modales de la cultura japonesa.
Pero nadie está exento de ser sorprendido por este espíritu demoníaco que busca vengarse y devolver el sufrimiento que padeció.