Exclusivo
Buena Vida

La fama del helado de Salcedo se extendió tanto dentro como fuera del país.Yadira Illescas

Helados de Salcedo: el dulce legado de las hermanas franciscanas

La idea de crear este postre multicolor nació de la necesidad de obtener dinero para pagarle a los maestros y ayudar a los padres sin recursos

En la tranquila localidad de San Miguel de Salcedo, encerrada en un amplio y fértil valle, nació una de sus sabrosas tradiciones, unos fríos postres multicolores que cuentan con fama internacional: los helados de Salcedo.

Detrás de esta delicia helada se encuentra una historia fascinante que se remonta a la década del 50 y está ligada a la Fraternidad de las Hermanas Franciscanas, que llegó en 1935, hace 88 años, a Salcedo.

El postre multicolor fue creación de una monjita franciscana.Yadira Illescas

Gracias al ingenio y creatividad de la hermana Rosa María Durán, quien falleció de cáncer, los habitantes de Salcedo y visitantes de toda la región pueden disfrutar ahora de sus exquisitos sabores.

En el convento ya no los elaboran, pero la familia Jijón Franco es la única que continúa con la preparación artesanal, en el inmueble ubicado en las calles 24 de Mayo y García Moreno, por el parque central de la localidad. La gran mayoría se industrializó para abastecer las ventas a nivel del país.

 De la necesidad salió la idea

La idea de elaborar helados surgió dentro de las paredes de la fraternidad. La madre Rosa María, ante la necesidad de tener dinero para pagar a los docentes y ayudar a los padres de familia de escasos recursos, decidió preparar jugos de frutas congelados, que vendía dentro del plantel.

“Dios bendijo a la hermana Rosa María para que a través de su idea otras personas puedan progresar”, madre superiora Luz Armijos.

La religiosa tenía habilidades gastronómicas que facilitaron su emprendimiento. Su idea funcionó y los jugos se vendieron con rapidez. Después se le ocurrió hacer los helados, cuya elaboración le tomaba tres días. Preparaba jugos de diferentes frutas: taxo, piña, naranja, papaya, y esperaba que cada sabor se congele para después colocar el otro. Así hizo un helado de cuatro sabores que se empezó a comercializar en el convento.

De esa manera la fama del helado se extendió. La madre Rosa María contrató a una persona para que los vendiera por la ciudad. Incluso la gente hacía grandes colas afuera de la fraternidad para conseguir la colorida golosina, que se comercializaba solo los domingos.

La monjita no se imaginó que su invento iba a convertirse en el ícono de Salcedo, comenta la directora de la Fraternidad Franciscana en Salcedo, Luz Armijos. En vida fue homenajeada, hace una década, por el Municipio local.

La receta se difundió

Como los pedidos se multiplicaron, la religiosa Rosa María tuvo que solicitar ayuda a otras personas, quienes aprendieron la receta y la usaron para emprender en sus propios locales. Así fue como se extendió aún más la fama del helado, generando microempresas locales.

La superiora Luz Armijos asegura que nunca pensaron en patentar la marca, pero sí le da algo de pena el hecho de que muchos se olviden de dónde nació la idea original. “Dios bendijo a la hermana Rosa María para que a través de su idea otras personas puedan progresar”, dice con nostalgia. Durante seis años se vendió el helado en la Fraternidad. Actualmente quienes desean degustarlo lo compran en las tiendas locales.

El postre fue empoderado por los habitantes. Incluso al ingreso de Salcedo, desde Quito, se observa un monumento gigante en su honor.

Las nuevas generaciones continúan perfeccionando las recetas originales y experimentando con nuevos sabores. De esta manera, se asegura que esta delicia helada siga siendo parte integral de la identidad gastronómica de Salcedo. (YIE)