Cuando hablamos del comino, inmediatamente lo relacionamos con la gastronomía, por ser una especia que aporta mucho sabor y aromatiza platos. Sin embargo, dentro de la medicina natural tiene un puesto importante gracias a sus propiedades, que ayudan a mejorar la salud de nuestro organismo. Su consumo agrega elementos como magnesio, potasio, fósforo, calcio, hierro, además de las vitaminas E y A.

Sus numerosos componentes favorecen la digestión y ayudan a eliminar los gases del organismo.

Es adecuado para las digestiones difíciles y flatulencias. Asimismo, sus aceites tienen efectos calmantes y antiespasmódicos, por lo que también puede ayudar en los retorcijones estomacales.

“Cuando es ingerido segrega megalocimina, sustancia con potentes efectos antibióticos. Es por ello que ayuda a detener infecciones gastrointestinales. Por su riqueza en hierro, el comino también ayuda a personas con anemia. Y las sustancias aromáticas del comino son útiles en caso de inapetencia, ayudando a recuperar el apetito”, sostiene la naturópata.

La forma más conveniente de aprovecharlo es mediante un té o infusión, gracias a que tiene efectos antiinflamatorios que previenen la formación de gases y la hinchazón abdominal. Es además un remedio eficaz para aliviar las digestiones pesadas y evitar cólicos y diarreas.

Consejos

- Aunque esta especia se la puede consumir normalmente al no presentar toxicidad, lo cierto es que existen ciertas contraindicaciones que hay que tomar en cuenta. Una de ellas tiene que ver con su aceite esencial, cuyo uso no es recomendable para mujeres embarazadas o lactantes. Tampoco se lo puede suministrar a niños menores de cinco años.

- Su consumo puede tener efectos secundarios si se lo mezcla con ciertas medicinas. Por lo tanto, consulta con tu médico antes de ingerirlo.

- Hay personas que podrían tener alergia al comino sin saberlo, por el solo hecho de no haberlo consumido conscientemente en el pasado.