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La vitamina D, presente en el sol, ayuda a los huesos.Cortesía

Solcito para huesos fuertes

Especialistas coinciden en que una dieta basada en vitamina D y calcio previene los dolores óseos provocados por el invierno. La vainita es esencial.

La expresión ‘me duelen los huesos del frío’ no queda solo en una frase. Es una realidad debido a que el invierno puede causar estragos en los pacientes con enfermedades óseas y reumatoides.

Según Esteban Arellano, médico internista, los cambios climáticos alteran el equilibrio en el organismo y por esto se producen los dolores en los huesos y las articulaciones.

“Cuando empiezan las lluvias y vientos, el cuerpo aumenta de volumen para protegerse y esto, en ocasiones, se manifiesta con el dolor. Ocurre más en las mujeres”, acota.

Aunque esta sensación de frío en los huesos parece una condición sencilla, es bastante profunda, ya que involucra a la circulación sanguínea, sobre todo porque los vasos se contraen para mantener el calor. En los niños y en las personas de la tercera edad la circulación suele no ser tan regular, por lo que son más susceptibles a estos dolores.

Respecto a las partes más afectadas del cuerpo, están los dedos de los pies y de las manos. Estos suelen ser los más vulnerables al invierno debido a que no tienen la misma cantidad de grasa que el resto del cuerpo.

Sucede algo similar en el cuello, que al igual que las manos, casi siempre permanece descubierto.

Pero para mitigar esta molestia y evitar que el frío penetre los huesos y las articulaciones, el especialista recomienda seguir una dieta adecuada desde la infancia. “El calcio y la vitamina D son fundamentales en los procesos para fortalecer huesos y articulaciones. Cuando estos están deteriorados, un simple frío puede agravar el dolor y un pequeño golpe producir una fractura”, indica.

La mejor forma de evitar los malestares en el cuerpo que trae el invierno es aprovechar los pequeños ‘golpes de sol’. Arellano sugiere exponerse a esa luz, con las precauciones necesarias, al menos quince minutos al día, cada vez que tenga oportunidad o el clima se lo permita. “El sol ayuda a la producción de la vitamina D. Esta a su vez es fundamental para que el organismo absorba el calcio. Además de los huesos, beneficia a los músculos, a las articulaciones y al sistema inmune”, añade.

Sensibilidad 

Dependiendo de la susceptibilidad individual, hay veces en que el frío puede desencadenar una respuesta del sistema nervioso. Si esta es desmesurada provoca dolores que podrían requerir atención médica. Abrigarse reduce los riesgos.

Problemas

El frío agrava condiciones como la polimialgia reumática. Se refiere a dolores en hombros, caderas y cervicales. Estos se acentúan en la noche. Generan incapacidad funcional en la mañana y persisten o se agravan a lo largo de semanas.