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Según organismos sociales, durante las protestas hubo 76 vulneraciones a los Derechos Humanos.GUSTAVO GUAMAN

¡Los sobrevivientes del paro!

Del lado de los protestantes hubo 335 afectados y del ‘bando’ de los uniformados se registraron 238. Dos personas cuentan su historia luego de haber sido agredidas de gravedad durante las protestas nacionales.

En las protestas sociales, que se iniciaron el 13 de junio y se extendieron por 18 días, hubo enfrentamientos violentos. Según la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos, se registraron 335 manifestantes heridos y 252 detenciones en el contexto de las movilizaciones.

Muchos de los afectados terminaron asfixiados por gases lacrimógenos, otros con contusiones por golpes de tolete y hubo quienes incluso perdieron uno de sus ojos, como es el caso de Rubén (nombre protegido).

El joven, de 21 años, salió a protestar la noche del 20 de junio, en el sector de Las Casas, noroccidente de la capital. Estaban por la avenida Occidental ayudando a otros manifestantes a colocar ramas de árboles en la vía para impedir el paso de los carros.

A las 20:00, un contingente de antimotines llegó al sitio para dispersar a los protestantes. Rubén recordó que gritaban consignas y levantaban los puños. “No estábamos violentos y nos lanzaron gas”. El estudiante universitario contó que tras la primera ráfaga de bombas vio que a su primo uno de los proyectiles le impactó en la nariz y estaba ahogándose.

Cuando Rubén lo movía hacia un costado fue impactado por una bomba en su ojo izquierdo. No recuerda nada. Se desmayó.

Minutos después, se levantó dentro de una ambulancia y siendo atendido por un paramédico. El joven fue ingresado a una clínica privada, donde estuvo medicado por tres días.

Le hicieron una cirugía para intentar salvar el órgano, pero no lo lograron y tuvieron que extirparlo. Ahora, el joven se siente devastado al verse al espejo solo con un ojo. Su amigo tuvo fracturas múltiples en la nariz.

El joven dijo que fueron atacados mientras gritaban consignas de protesta.Cortesía

Casi se queda sin visión por un volador

Era la tarde del 22 de junio. Se desarrollaba el décimo día de las protestas nacionales y decenas de manifestantes se metieron al primer piso del edificio de la Fiscalía General del Estado, en el centro-norte de la capital. Patricio (nombre protegido), miembro de la Unidad de Mantenimiento y Orden (UMO), acudió con otro grupo de policías para desalojar a los protestantes y así lo hicieron.

El cabo mencionó que los desplazaron hasta el Puente del Guambra, donde se armó una batalla campal. “Mantuvimos una formación y nos atacaron con voladores pirotécnicos”, dijo.

El agente indicó que esquivó algunos de estos artefactos y se juntó a un compañero para avanzar de a poco. Sin embargo, cuando se agarró del chaleco de su pana sintió un estallido en su rostro y todo a su alrededor se nubló.

El hombre, de 33 años, recobró su conciencia a los pocos minutos y se percató de que el casco que llevaba puesto estaba completamente destruido y no podía mirar con el ojo izquierdo. Mientras era trasladado al Hospital de la Policía le contaron que el artefacto había explotado cerca de su rostro y rompió las protecciones del hombro y el casco. “Sin eso estuviese muerto”.

El cabo se salvó de perder el ojo por la protección que llevaba puesta.Cortesía

Luego de una intervención quirúrgica en la que le suturaron la parte interna del ojo, el cabo tuvo que tomar medicamentos por una semana para que el sangrado que todavía tenía dentro del globo ocular no le afectara la vista.

Por el momento reposa en su casa junto a su familia hasta esperar su total recuperación. Según el Ministerio del Interior, de los 238 policías heridos durante los enfrentamientos, 212 fueron agredidos con armas de fuego o artesanales. 

6 personas fallecieron en el contexto de las manifestaciones sociales.