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Los sismos son frecuentes en Ecuador.ARCHIVO

Sismos en Ecuador: ¿Por qué está temblando tanto?

Mario Ruiz Romero, director del Instituto Geofísico, explica a este Diario las razones de los frecuentes movimientos telúricos en el país

En las últimas semanas, Ecuador ha sentido una serie de movimientos telúricos que ha dejado a muchos ciudadanos preguntándose sobre las razones detrás de esta actividad natural. La madrugada del 21 de agosto, diversos temblores sacudieron Machala, provincia de El Oro, y Balao, provincia de Guayas. El más intenso de ellos, con una magnitud de 6 grados, tuvo su epicentro ubicado a menos de 15 kilómetros al oeste de la ciudad bananera.

(Revisa: Un sismo de magnitud 6 sacude la costa sur de Ecuador)

Este fenómeno no es aislado, ya que también el 20 de agosto, a las 14:43, se produjo otro movimiento telúrico en Guayas con una magnitud de 3,8. Residentes de la zona notaron la sacudida y según varios comentarios en la plataforma X (antes Twitter) habían escuchado un sonido resonante que la acompañaba. En los últimos tiempos, varios sismos han impactado el territorio ecuatoriano, llevando a los ciudadanos a preguntarse el por qué.

Mario Ruiz Romero, destacado geofísico y director del Instituto Geofísico, ha proporcionado claridad sobre esta cuestión a este Diario. Según Ruiz, la actividad sísmica en el país no se aleja de lo que es normal, pues cada año se registran entre 4.000 y 6.000 sismos tectónicos en el territorio ecuatoriano. "Aproximadamente 70 de estos sismos superan la magnitud de 4.0, y alrededor de una decena de ellos alcanza magnitudes superiores a 5.0", afirma.

Ruiz explica que la raíz de esta actividad sísmica radica en la ubicación geográfica del país. Ecuador se encuentra en un punto de encuentro de placas tectónicas activas: la placa de Nazca y la placa Sudamericana. Estas placas se desplazan en direcciones opuestas, lo que genera tensiones y movimientos que se manifiestan como sismos. Además de esta interacción, Ecuador también está atravesado por varias fallas tectónicas que pueden desencadenar sismos de magnitud moderada, pero que pueden tener un impacto significativo en las poblaciones cercanas.

La historia sísmica del país es testigo de los efectos devastadores que estos eventos pueden tener. Terremotos como el de 1987 en el nororiente, el terremoto de Ambato y Pelileo en 1949, y los terremotos que arrasaron la provincia de Imbabura en 1868, son ejemplos de cómo la actividad sísmica puede causar daños considerables.

Ante este escenario, Ruiz enfatiza en la importancia de la preparación. "El país debe estar consciente de cómo actuar en caso de sismo y comprender las características de los temblores que podrían surgir", agrega. Además, dice, se debe abordar la construcción de infraestructuras para minimizar los daños y asegurar la seguridad de edificaciones públicas y privadas.

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